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OPINIÓN | Julio Schiappa: respuesta al hereje Aldo Mariátegui

La prédica del odio y el prejuicio contra quienes no piensan como él.
Julio
02-02-2019

Considero justo responderle a quien postula la nueva herejía de nuestros tiempos: la prédica del odio y el prejuicio contra quienes no piensan como él. En el artículo “Exploren el Protestantismo”, publicado en Perú 21 hace días, Aldo Mariátegui, que se promocionó alguna vez como un adalid de la derecha más radical, y quien nos hacía reír con sus fobias y ocurrencias antiizquierdistas, ha tomado ahora la moda ultra de Jair Bolsonaro, actual Presidente de Brasil, convirtiéndose en enemigo de la libertad religiosa y de las autoridades de la Iglesia católica.

Una cita presenta claramente los puntos de vista intolerantes de este columnista “Bergoglio ha sido el Papa más izquierdista que hemos tenido, rojimio como todo jesuita típico, por eso, entre otras cosas, admiro a Carlos III: su expulsión de la eternamente politizada y manipuladora orden Jesuita del Imperio Español, fue una sabia decisión”. Absoluta falsedad histórica, los jesuitas fueron expulsados porque representaban una corriente abierta a la ciencia y al republicanismo, muchos de ellos, como el prócer peruano Juan Pablo Vizcardo y Guzmán abogaban por la independencia americana y el régimen democrático. Y Bergoglio es Papa de una Iglesia, como la Católica, que es pluralista y universal, no ha sido jamás marxista. Mariátegui lo condena también por sus simpatías peronistas cuando era joven.

El cardenal Barreto es calificado de “rojimio antiminero “. Falso. Gracias a Barreto se logró un acuerdo pacífico para que la empresa Chinalco inicie la explotación de la mina de cobre de Toro Mocho. El ahora cardenal, entonces Arzobispo de Huancayo, apoyó activamente el traslado de la ciudad de Morococha, para que en su subsuelo se invirtieran más de 2,400 millones de dólares. También participó en la negociación para salvar los más de 3 mil puestos de trabajo en La Oroya, cuando la crisis de Doe Run. Mariátegui demuestra, con sus afirmaciones, ser ignorante de la realidad reciente y la historia del país.

En las líneas que dedica a Carlos Castillo, nuestro nuevo Arzobispo de Lima, lo llama “sociólogo de San Marcos” y “admirador del tan inflado teólogo marxista Gustavo Gutiérrez e integrante del cogollo de la PUCP”. Gustavo Gutiérrez es el teólogo vivo más importante de América Latina y un infatigable defensor de los pobres. Y San Marcos la primera universidad del Perú.

En el colmo del delirio, al final adonde Mariátegui delira es cuando, al final de su libelo, invita a todos los seguidores de Cristo en la Iglesia Católica Peruana a volverse protestantes para no ser dominados por los curas rojimios. Parafraseando a Cristo ante Barrabás, perdonen hermanos protestantes, Mariátegui no sabe lo que dice.

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