OPINIÓN | Julio Schiappa Pietra: "Historia e histeria"
Los grandes cambios en la historia han sido producidos por pandemias, guerras, crisis económicas y revoluciones. En estos días, la conjunción de pandemia del coronavirus, crisis petrolera y sus efectos económicos, guerra comercial, lucha por la hegemonía geopolítica entre las potencias, hace pensar que el fin del mundo puede estar cerca. Sin embargo, las pandemias han sido factores de cambio, como lo demostramos en la historia del Perú. Es la diferencia entre la historia, con grandes lecciones, y, la histeria de hoy, llena de anécdotas de miedo.
No hay que mirar a La Peste Negra o la Gripe Asiática, en el Perú y América las epidemias exterminaron a la población indígena, a poco de descubrirse América.
Empezó con la poco aseada presencia de Colón y sus marineros. Trajeron piojos, pulgas y ratas en sus cuerpos sin bañar y en sus malolientes navíos. Mientras Colón iba y venía de España, los virus europeos se diseminaron matando al 95% de la población en toda América Central.
Bastaron dos visitas de Pizarro al Perú para que una epidemia de viruela y otra de gripe arrasaran el norte del país. Según el recordado historiador Javier Tantaleán, murieron en total entre 5 y 6 millones de pobladores.
Jared Diamond en su libro 'Armas, gérmenes y acero' sostiene que, si el gran Inca Túpac Yupanqui no hubiera muerto de viruela, no habría habido guerra civil entre Huáscar y Atahualpa. Y posiblemente los españoles hubieran encontrado un imperio unido. Si bien la derrota Inca se debió en gran parte al uso de la caballería y armas de acero, dice Diamond, "Pizarro solo tenía 13 caballos en Cajamarca y unos cuantos arcabuces".
También es cierto que las epidemias tuvieron un impacto decisivo y estratégico en la caída de los Incas.
El cambio político, social y económico que vino con esta mezcla de pandemia y guerra de conquista fue grande. No fue una simple ocupación colonial del territorio, ante la resistencia Inca, los españoles, urgidos de mano de obra escasa para las minas, pactaron que entre Huancayo y Puno gobernaran, con todas sus prerrogativas, los curacas y señores indígenas.
Esa fue la base para otro gran cambio social generado por las pandemias y sus efectos demográficos: hasta la rebelión de Túpac Amaru se preservó las lenguas y culturas nativas en extensas zonas del país. Base de nuestro legado como nación andina y una de las grandes civilizaciones de la tierra.