02/11/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El gobierno de Pedro Castillo puede caer en poco tiempo si no reorganiza su estructura y cambia los estereotipos, prejuicios y falta de conocimiento que dominan la cúpula del Estado peruano. No hay que hacerle caso a los neandertales de derecha e izquierda que, garrotazo de por medio, quieren meter al poder democrático en la caverna de la vacancia o la confianza.
Puka y Porky, apelativos que riman curiosamente, son la cabeza de los cavernícolas de izquierda y derecha. Ambos tienen en común la falta de cultura política, esto es, de conocimiento histórico y práctico de la historia del país.
Ni Víctor Andrés Belaunde ni Raúl Porras Barrenechea habrían firmado jamás una letra de los comunicados extremistas de Porky. Ni José Carlos Mariátegui, ni Alfonso Barrantes, ni Javier Diez Canseco, habrían tenido piedad en criticar los dichos pro golpistas de Puka, para hacer caer al gobierno popular del cual él fue premier.
Tampoco, estos tres líderes socialistas hubieran aceptado el acoso político, contra ministras del actual gabinete como Dina Boluarte, Betssy Chávez y Mirtha Vásquez. La izquierda no era el Club de Tobi para los tribunos más ilustres de la zurdería peruana.
Raúl Porras, un conservador progresista, tuvo la grandeza de presentar la amnistía de 1956, que unió al Perú en la causa de acabar con la dictadura de Odría. No solo eso, tuvo el gesto latinoamericanista de oponerse a la expulsión de Cuba de la OEA. Porras, gran rebelde democrático, no creía en un nuevo virreinato. Mientras que, Víctor Andrés Belaunde, un católico conservador, siempre estuvo contra las dictaduras y honró al Perú con una trayectoria internacional que lo llevó a ser secretario general de las Naciones Unidas.
Si estuvieran vivos Porras y Belaunde, habrían estado contra Trump y hubieran corrido a latigazos, con el imperio de sus palabras y escritos, a su discípulo Porky y sus socios. Hubieran, eso sí, criticado con dureza la improvisación del gobierno actual, pero habrían censurado la presencia en el escenario de Puka y su corte de conspiradores tuiteros que lo prohíjan.
Líderes de la izquierda y derecha, hombres y mujeres republicanos, eran conscientes de la necesidad de unir fuerzas, en medio de las grandes crisis del país. Y sabían hacer política en medio de los conflictos trágicos que azotaban la nación.
En el Perú no se enfrentan una opción liberal y otra comunista, no exageremos la nota. Se confrontan las viejas taras del pasado en su forma ultras de derecha y de izquierda. Unidos en el objetivo de derribar el gobierno popular para aumentar las cuotas de poder de cada uno. Así de claro.
◼ Más de Julio Schiappa:
OPINIÓN | Julio Schiappa: "Gas lleno de avispas"