OPINIÓN | Julio Schiappa: mitos que matan
La mala vibra que enseñan en los libros de historia, presenta un país que 167 españoles invadieron, derrotando a 11 millones de incas, que Perú perdió la única guerra que jamás peleó en 1879. Mitos destructivos que generan pesimismo y angustia sobre el futuro, que merecen ser aclarados por el bien de la psiquis de los 33 millones de hinchas de la selección peruana.
Chile tuvo que desocupar el Perú al comprobar que la guerra era imposible ganarla. Y la Conquista no fue un paseo triunfal ante indios derrotados. Eso lo señalan nuevas y valiosas investigaciones históricas.
La verdad sobre la conquista es la más cruel entre los mitos derrotistas. Catorce Incas, un gran imperio que abarcaba toda Sudamérica con una red de caminos solo igualada por los romanos, con oro y plata a pasto y una sofisticada alta cultura. Sin embargo, un grupo de 167 superhombres a caballo enfrentan a 100 mil indios incas, los hacen correr despavoridos, con sus cañones y arcabuces, y capturan al Inca indefenso.
La verdad es que el General Miedo, el gran factor de poder en la historia, ganó la guerra no solo por el susto ante los caballos, perros bravos y armas de fuego de los Wiracochas. Previamente a Cajamarca, hubo un masivo exterminio de seres humanos causado por la viruela y la gripe, sobretodo, en el norte del Perú, virus llevados por los españoles en los dos viajes previos al inicio de la conquista del Perú.
Según el historiador Javier Tantaleán murieron por lo menos 3 millones de personas (sobre un total de 5 millones que vivían en el norte), entre ellos el inca Huayna Cápac, padre de Huáscar y Atahualpa. La interpretación indígena de semejante catástrofe era algo como el inicio del fin del mundo. Unidos a las armas y caballos de los blancos barbudos españoles, un cóctel explosivo impactó en las mentes de líderes y población indígena generando miedo y terror. El resultado fue un período de indefensión y desorganización para una élite no preparada para semejante cambio.
Otro mito derrotista es el que considera que el Imperio Inca fue rápidamente derrotado por los españoles que entraron triunfalmente al Cusco. La resistencia fue de 42 años, dirigida por los Incas de Vilcabamba. Los españoles, desde el Cusco, no podían bajar a la costa, ni viajar a Ayacucho. Tanto se adaptaron estos patriotas del dios sol, que en el año final de la resistencia contaban con 620 jinetes a caballo, además que habían aprendido a disparar arcabuces mientras montaban a caballo, algo que los invasores no sabían hacer.
La gesta de Manco Inca y Manco II está para ser escrita, así como la de los generales plebeyos, como el ecuatoriano Rumiñahui, que dieron corajuda batalla en el norte del Perú.
Que el Bicentenario sea ocasión para reescribir la verdadera historia del Perú, dejando de lado los mitos derrotistas que nos insultan.