OPINIÓN | Julio Schiappa: Un general contra el cargacadáveres
Un bicho horrible, de cuyo nombre no me acuerdo, practica un satánico rito con sus colegas los insectos. Se come el cerebro y toda la materia viscosa de sus cuerpos. Luego los ensarta en púas que lleva en la espalda y los transita en un tenebroso rito fúnebre, usando sus cuerpos putrefactos como escudo ante los depredadores.
Suena horrible, pero revela el utilitarismo más extremo: protegerse con cadáveres sin respetar su condición de muertos. Así de irrespetuoso y repulsivo puede ser lo que ocurre en el Congreso de la República, que eligió a un general como sucesor de Lady Camones.
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Cuando tienes 6% de aceptación y solo 2% quieren que te quedes si se va Castillo, no hay solo un “problema de comunicación” sino una distorsión en la percepción producto de ese mundo psicológico cerrado que es el Congreso. Por ejemplo, cuando ignoras que 94 de cada 100 peruanos reclaman tu cabeza. Procesos psicológicos muy comunes, dicho sea de paso, en suicidas y en los extremistas negacionistas del Holocausto, del Covid-19, o en los racistas más odiadores. Negar la realidad es un paso al vacío.
Esa distorsión tuvo lugar -en el cerebro de la Sra. Camones- cuando, como primer acto de gobierno declaró la guerra a sus rivales oficialistas e independientes, al poner como punto central de agenda la vacancia presidencial. El descubrimiento de un audio, solo detonó el explosivo adherido al cuerpo que tenía Camones. Era blanco móvil y fácil.
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La salida de Camones marca un punto de no retorno del prestigio del Congreso, es uno de esos eventos que en marketing se llama la “muerte de la marca”. Un gran error ha sido convertir la vacancia en programa, lema, leit motif y marca del Congreso de la República.
Las instituciones no mueren, su prestigio de marca desaparece del corazón y de la mente de la gente. Que, por despecho, el público ciudadano destruye como posicionamiento, identidad, e instrumento de la democracia. Y lo vuelve una reunión de aprovechadores que no sirven al pueblo, legislan mal y representan peor. Suena terrible, pero el despecho convierte las marcas más relevantes en un despojo.
Lo lógico es convertir la reforma política y constitucional del Congreso en su eje principal de actividad, no persistir en una política que el público y la sociedad rechazan.
La vacancia se ha convertido la razón de ser de un Congreso, cuya primera tarea es auto reformarse antes que el país arrase con él. ¿El nuevo presidente del Congreso lo reformará o será un cargacadáveres?
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