Opinión | Julio Schiappa: Gabinete con pólvora y tequila

Las escenas más conmovedoras de estos días trágicos son las muertes en vivo y directo de muchos peruanos, quizás 30, todos heridos con balas que explosionan y te destruyen el cerebro o el corazón.

Ver disparar a oficiales y soldados de nuestro ejército en video casero, nos hace cuestionar si estas fuerzas armadas son capaces de intervenir en conflictos sociales.

Estas Fuerzas Armadas no están preparadas ideológicamente para enfrentar estos eventos. Les han lavado el cerebro con una intensa campaña de la DBA y sus congresistas militares que predican tratar a los civiles con métodos de lucha antiterrorista. 29 muertos son el testimonio de que Willax y los predicadores del apocalipsis antiterrorista -vinculado a la política- han destruido la gran labor hecha por nuestras Fuerzas Armadas y PNP para convertir a su personal e instituciones al evangelio de los derechos humanos y el respeto a la población civil.

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Además, la huella de Atila de Castillo, con nombramientos de jefes militares y policiales a destajo, ha destruido parte de su capital doctrinario, cuadros calificados y calidad de sus capacidades de intervención.

El premier, Dr. Alberto Otárola, un demócrata y uno de los mejores constitucionalistas peruanos, es el involuntario culpable de una ofensiva militar cuando tenía que usar la contención y negociación en la delicada situación que encontró a las FFAA. El resultado, muertos que no mató, pero sí las tropas a su cargo y de los jefes militares.

Mi amigo Alberto Otárola no debería ser premier, si el gobierno quiere mantener un mínimo de democracia formal y apaciguar los ánimos. Pero los reclutadores de la presidente no encontraron a nadie dispuesto a aceptar el encargo, vista la convivencia con la DBA que las circunstancias impusieron al gabinete Angulo, y, que aún se mantienen en parte.

Brilla, entre los nuevos ministros, el general Jorge Chávez, militar muy enterado de la doctrina de DDHH que deben respetar las FFAA.

Sin embargo, el premier Otárola enfrenta ahora un desastre nuclear: el enfrentamiento con México y con todos los gobiernos progresistas del continente por obra de Torre Tagle, ahora aparentemente tomado por los embajadores fujimoristas y la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso. Funesto comienzo del nuevo gabinete, de ratificarse en una serie de atolondradas decisiones con enormes consecuencias para la imagen del Perú. Paños fríos, lo que está en cuestión es el derecho de asilo y la amistad con países claves para el Perú.

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