OPINIÓN | Julio Schiappa: Errores políticos de izquierda
L a pésima economía de la antigua ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas derrumbó el Muro de Berlín, terminando con el imperio más grande de la historia humana. Para algunos, Gorbachov, el último presidente de la Era Soviética, “no tuvo pantalones”.
No es cierto, Gorbachov renuncia abrumado por las pruebas de que el sistema ya no daba para más. La económica era irreformable porque se basaba en negar el mercado como medio de asignar recursos y en la estatización como receta universal. Los duros de la izquierda latinoamericana insisten en la receta sin medir el muro que también les caerá encima.
Era 1981, y, en esos días, se debatía intensamente si Cuba se debía abrir o no al mercado internacional. Todos los experimentos, de habilitar un mercado libre de alimentos y bienes, fracasaron, y muchos emprendedores terminaron en la cárcel, mientras el PC de Cuba no decidía el curso a seguir.
Ese mismo año, Vietnam, cuyo modelo era debatido en Cuba, lanzó muchas reformas audaces y criticó la “mercado fobia” y adoptó un modelo de mercado similar al que China adoptó dos años después. Con el célebre gato, cuyo color no importa, de Teng Siao Ping.
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En pocos años, Vietnam, que importaba 60% de arroz, pasó a ser el segundo exportador mundial de ese producto gracias a los cambios producidos por su radical reforma eco- nómica. Se insertó en el mercado mundial de productos tecnológicos y su empresa Bitel coloca celulares en decenas de países.
Cuba, que se decidió por la autarquía revolucionaria, producto en parte del bloqueo USA, sigue siendo exportador de azúcar y el único frente globalizado de su economía es el de bio tecnología y la exportación de personal médico. Vietnam, también socialista, exhibe un PBI y un nivel de vida varias veces mejor que la bella isla del Caribe.
La lección es clara: Cuba no entendió que el mercado es una herramienta que se adapta a todos los sistemas políticos del mundo, y “es una conquista de la humanidad”, como dicen los vietnamitas.
Gobiernos de izquierda en el sub continente tuvieron éxitos notables por un manejo responsable de la economía: destaca Bolivia con una estabilidad envidiable, Ecuador con Correa, Uruguay con 20 años de Frente Amplio, Chile con Bachellet. Alvaro García Liñera, 4 veces vicepresidente de Bolivia, cree que allí está el secreto: cuidar la economía para que la política y la lucha contra la pobreza sean eficaces. Tiene razón.
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