OPINIÓN | Julio Schiappa: "Analfabetos sociales"
¿Podrá el culto gobierno del presidente Sagasti pasar por encima de las barricadas físicas de los desesperados y las barricadas espirituales de los patrones de la agroindustria, para resolver el conflicto social en Ica?
Un candidato presidencial, experto en agricultura y empresario del sector condena con furia el levantamiento de trabajadores agrarios en Ica. Un representante del gremio que los agrupa sopla la pluma lejos de las empresas formales, hacia los mismo contratistas y maquiladores que ellos contratan para evadir derechos sociales. No consideran injusta la injusticia. Son analfabetos sociales, que no leen lo que pasa en la sociedad.
La batalla de los trabajadores agrarios de Ica contra las pésimas condiciones sociales en la agroindustria es tan justa como la rebelión juvenil en zapatillas que sacudió el Perú en noviembre. Solo que aquí son jóvenes, en su mayoría migrantes andinos, que como dijo uno de ellos “me levanto a las 3 a.m. para preparar mi desayuno, viajo hora y media hasta la empresa adonde trabajo, hago jornada completa y más, llego de noche y esa es mi vida. No tengo derechos sociales, no me pagan CTS, ni gratificaciones, ni utilidades, nada, me contratan de manera temporal y paro cambiando de chamba cada 3 meses. Y me pagan 39 soles al día”. Vida como en las viejas haciendas y no te pagan bien.
Otro de los manifestantes de este movimiento de trabajadores descamisados, jóvenes sin zapatillas Nike, declara a la televisión “somos los trabajadores que tienen las peores condiciones laborales en el país y laboramos para empresas que solo en Ica producen mil millones de dólares anuales.
Cuando uno ve, por televisión, a un candidato presidencial y al máximo representante de las 127 empresas agroindustriales de Ica, justificar las condiciones laborales existentes como “legales”, solicitando que vayan al Ministerio de Trabajo a hacer su denuncia contra los que violan la ley, un escalofrío nos recorre la espalda. Para este candidato y el líder gremial, las condiciones de la ley de Promoción Agraria, la que motiva la protesta, son justas, un exceso de desigualdad y una burla a los derechos ciudadanos, laborales y humanos de sus trabajadores. Y enviarlos a quejarse a la subdirección de Trabajo de Ica -totalmente robotizada por las empresas- aumenta la sensación de que estamos ante un caso de agudo analfabetismo social.
Esta es la incapacidad de leer la realidad desde los ojos del otro y de reconocer sus derechos como alguien igual a mí.