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OPINIÓN | Jorge Tineo Rendón: Reggaetón: Una infección multidrogo resistente

El reggaetón es una infección que no tiene cuándo acabar, resiste todo antibiótico y cada vez se degradan más sus mensajes e imágenes.
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05-08-2019

El reggaetón está en todas partes. En micros y camionetas "de alta gama". En patios de universidades y colegios. En listas de reproducción de escolares y asesores de tesis. En casas, oficinas, radios y discotecas de todo el Perú. Y, por supuesto, en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

La apoteósica ceremonia de inauguración no pudo ser opacada por el miniconcierto de Luis Fonsi y esas insufribles canciones que, por más que nos pese a algunos, hicieron bailar a deportistas y tribunas con frenesí reggaetonero. Después de todo, es imposible negar el impacto comercial y la popularidad de Despacito, esa paparruchada que convirtió al boricua exbaladista en megaestrella mundial y que es una de las canciones favoritas de los jóvenes fiesteros del Siglo XXI.

Pero una cosa es el comprensible fin de fiesta masivo, preparado según los patrones que se cumplen desde hace tiempo en esta clase de inauguraciones y otra, el patético espectáculo sonoro en el que se convirtió la esperada Maratón, uno de los pocos eventos gratuitos del torneo panamericano, desarrollada el pasado sábado 27 de julio.

A lo largo de la ruta de 42 kilómetros que abarcó los distritos de Miraflores, San Isidro, Lince y Cercado -y que nuestros compatriotas Gladys Tejeda y Christian Pacheco cubrieron en tiempos récord, haciéndonos vibrar con sus Medallas de Oro-, los parlantes escupieron, a todo volumen, espantosos reggaetones con letras inapropiadas para un momento familiar, de triunfo deportivo e integración latinoamericana. Para muestra un botón: "Fumamos marihuana... siempre he sido una dama... pero soy una perra en la cama" (Sin pijama, éxito de radios y antros discotequeros desde el año pasado).

No sé quiénes fueron los encargados de escoger canciones para aquella mañana pero es incomprensible esta ausencia de criterio que sabotea el impecable trabajo hasta ahora desplegado por el Comité Organizador de los Panamericanos. ¿No habría sido mejor poner música peruana y matizarla con géneros de los países competidores? Eso sin mencionar que resulta un absoluto contrasentido propalar, en un certamen deportivo que debería ligarse a conceptos positivos, un género cuya principal característica es la cosificación femenina en tiempos en que se hacen tantas campañas para erradicar la violencia contra la mujer.

El reggaetón es una infección que no tiene cuándo acabar, resiste todo antibiótico y cada vez se degradan más sus mensajes e imágenes. Todo comenzó hace ya más de dos décadas, desde que un tal Ramón Ayala (alias Daddy Yankee) apareció en San Juan de Puerto Rico con este embrutecedor ritmo simiesco. Su primer éxito global, Gasolina, del 2004, es hoy "un clásico" del llamado latin pop, rótulo que ha pisoteado con sus majaderías más de cinco décadas de música latinoamericana bailable de alta calidad. Señal del descalabro en el que nos encontramos a nivel de evolución infecció musical.