OPINIÓN | Jorge Tineo: "Peter Gabriel: Creatividad y compromiso"
Siempre que se habla de rockeros creativos mencionamos a David Bowie o Brian Eno. Y si se trata de músicos activistas, las primeras opciones son Bono y Patti Smith. Sin embargo, pasa desapercibido un personaje que ha destacado en ambos terrenos con niveles superlativos de consistencia durante casi cinco décadas: Peter Gabriel. También suele pensarse que una cosa fue como líder de Genesis (1969-1975) y otra, muy diferente, como solista (1977 en adelante).
Sin embargo, las conexiones entre ambas etapas son más evidentes de lo que parecen. Si tomamos, por ejemplo, dos canciones tan distintas como In the cage (The lamb lies down on Broadway, 1975) y Growing up (Up, 2002), veremos los mismos elementos: transformación, angustia y oscuro dramatismo.
Las diferencias entre ambas son parte de una misma preocupación artística: explorar un sentido esquizofrénico de la existencia que busca escape a través de estructuras musicales no convencionales.
Si en Genesis Gabriel escribía intrincadas historias para criticar la idiosincrasia victoriana de Gran Bretaña, musicalizadas de forma sublime por él y sus célebres compañeros Phil Collins, Steve Hackett, Mike Rutherford y Tony Banks; en solitario desplegó su apego por ritmos africanos y medio orientales mezclándolos con un inteligente y visionario uso de la tecnología, dando origen a todo un subgénero: World Music, que impulsó activamente con la creación de la asociación WOMAD y los estudios Real World.
Su devoción por África aparece desde Solsbury Hill (1977) y se engarza con su vocación por la defensa de los derechos humanos. La hipnótica Biko (1980, dedicada a un líder político sudafricano asesinado en 1977) fue la primera de muchas otras manifestaciones en ese ámbito, una constante en sus posteriores involucramientos con movimientos como Amnistía Internacional, Witness y otros.
Compuso el soundtrack de The last temptation of Christ (Martin Scorsese, 1989) acompañado de destacados músicos egipcios, pakistaníes y sudafricanos. En OVO (2000), redondeó una significativa alegoría del mundo en decadencia con aires de esperanza. Sus producciones Us (1992) y Up (2002) tuvieron fuerte impacto entre el público y la crítica con espectáculos visuales de gran despliegue técnico.