OPINIÓN | Jorge Solís: "MYPIMES revolución 6.0 para el desarrollo"
A menudo hemos escuchado hablar de la revolución industrial 5.0. Esta revolución trata de unir máquinas y humanos, desarrollar la inteligencia artificial para que pueda realizar procesos similares a los que ejecuta el pensamiento humano, para mejorar la productividad. Este, sin duda, es un escalón importante, complejo y discutido en el desarrollo de la sociedad; sin embargo, necesitamos transitar otros escalones para generar un ecosistema a favor de las MYPIMES en el sector de la economía real, para lograr un desarrollo sostenible, equilibrado y justo, reconociendo el inmenso potencial que representa este sector. De manera que, en una irónica regresión, nos permita llegar a la revolución 5.0.
El 6 de abril del año 2017, la Asamblea General de la ONU aprobó la celebración del DIA DE LAS MICROEMPRESAS Y LAS PEQUENAS Y MEDIANAS EMPRESAS, para reconocer la importancia de las pequeñas empresas en los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la necesidad de acceder a los créditos y a la financiación.
Según datos del Consejo Internacional para la pequeña empresa, este tipo de negocios representan más del 90% del total de empresas, generan entre el 60 y 70% del empleo y son responsables del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel mundial. De ahí su importancia. Son factores claves en la reducción de la pobreza y el fomento del desarrollo en el mundo.
He señalado recurrentemente en artículos anteriores que, en el Perú, las MYPIMES son el motor no encendido de la economía y ahora averiado por las consecuencias dantescas de la pandemia. Las empresas de menor tamaño mayormente son informales, consecuentemente, generan trabajo informal, por no estar en la capacidad de asumir los costos de la formalidad, y tal dialelo las convierte en empresas de escasa productividad.
El punto uno de la agenda del nuevo gobierno, debe ser, la reactivación de este sector. Para ello se necesita generar un ecosistema con políticas transversales a todos los sectores, marco normativo adecuado, acceso al sistema financiero formal. No olvidemos que solo el 6% de las MYPIMES cuentan con crédito. Sobre este último punto y siendo cardinal, es necesario robustecer el segmento de las microfinanzas que han desarrollado un modelo paradigmático en América Latina. Es un despropósito crear nuevos actores desde el Estado que otrora han fracasado, más bien, se trata de propiciar una regulación proporcional al tamaño de las empresas financieras, que las haga más competitivas y sostenibles. Glosando lo dicho MYPIMES REVOLUCIÓN 6.0.
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