14/01/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
La aprobación por el Pleno del Congreso del texto sustitutorio de la Comisión de Economía que precisa la Ley 31173, que garantiza el cumplimiento de la ley 29625 (ley de devolución de dinero del Fonavi a los trabajadores que contribuyeron a ese fondo), es un acto de justicia, qué duda cabe; sin embargo, resulta inviable por el impacto que tendría en la caja fiscal, tal cual se ha concebido. A decir de Jorge Carrillo Acosta, profesor de Pacifico Bussines School, significaría una devolución total de S/73 mil millones, que resulta de los S/42 mil millones a pagar y al aplicarse a la deuda el índice de precios al consumidor (IPC), debe agregarse S/31 mil millones en intereses legales.
Además, debemos advertir que dicha medida ejercería presión sobre otras obligaciones que tiene el Estado, como es el caso de la deuda agraria a favor de los afectados por la primera reforma agraria, consecuencia del nefasto D. Ley 17716, siendo materia de un interminable contencioso con el Estado, precisamente la actualización del pago aplicando el IPC; de manera, que el tema de Fonavi, reitero, que en puridad es justo, revela otras inequidades y generaría un precedente jurídico de insospechadas consecuencias ¡ojo que quien escribe esta nota, es ¡bonohabiente!, pero no se trata de una mirada personal, sino de reflexionar sobre la situación del país, en circunstancias particularmente difíciles, como es la “reconstrucción” económica, la deuda en educación, salud, seguridad social y bienestar de todos los peruanos.
Fonavi no tiene activos para el pago de la deuda, la obligación la tendríamos que asumir todos, como solventaremos con subsidios la supervivencia de millones de adultos mayores que se quedarán sin pensión y de trabajadores que se quedarán sin seguro de desempleo o CTS, cuando serán condenados a la miseria.
Creo firmemente que el Estado no puede ser perromuertero, el Estado tiene que construirse en sólidos valores éticos y morales para llevarnos al progreso. Entonces, debemos pensar en formas creativas de compensar las acreencias; por ejemplo, propiciar que los fonavistas o sus causahabientes accedan al programa del Fondo Mi Vivienda con un bono especial al Buen Pagador o Bono Habitacional, con excepción del requisito de primera vivienda, entre otras medidas que representen una justa compensación, sin desnaturalizar el fin para el que fue creado el Fondo mi Vivienda; de tal forma, que se cumpla el objetivo de Fonavi, que no se constituyó como una cuenta bancaria personal, sino como un programa social para promover el acceso a la vivienda.
◼ Más de Jorge Solís:
OPINIÓN | Jorge Solís: "Indulgencias con Avemarías ajenas"
OPINIÓN | Jorge Solís: "Que la historia no se repita"
OPINIÓN | Jorge Solís: Banco de la Nación a trancas y barrancas (Parte II)