OPINIÓN | Jorge Solís Espinoza: ¿Cuál es el rumbo de la economía?
Los responsables de la política económica y monetaria del país han caído en un constante parafraseo de proyecciones sobre el crecimiento del país -el impacto de la inflación - La situación del empleo - la reactivación económica- la inversión pública y privada. En fin, suerte de idas y venidas. Cada quien, con ciertos eufemismos y efectos balsámicos para proyectar la realidad, con el consabido propósito de evitar las iras del catastrófico y casi apocalíptico gobierno al que sirven.
Para desentrañar la madeja, sobre el futuro que nos espera el 2023, basta realizar un recuentro de las cifras oficiales vertidas por los propios actores totémicos de la económica y las finanzas: Las exportaciones mineras que representan las exportaciones totales del Perú, sufrirán una disminución de 3.2 frente al 2022. El precio de los minerales básicamente el oro y el cobre sufrirán una contracción en su cotización. En julio de este año las exportaciones cayeron 12.1 frente al mismo mes del 2021 según el ministerio de Comercio Exterior y Turismo.
También te puede interesar: OPINIÓN | Jorge Solís Espinoza: Plan de reactivación económica: mendrugos para las MYPES
La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía calcula una caída de 21.5%. La FED advierte que subirá su tasa de referencia hasta el 2023. En esta línea la Reserva Federal indica que solo tendrá un crecimiento de 0.2% este año, situación que afectará el crecimiento global. El conflicto bélico provocado por la invasión de Rusia a Ucrania se prolongará a decir de los expertos, con consecuencias en la cadena de suministros de combustibles, gas, maíz, fertilizantes, etc., incidiendo en la inflación mundial. China ha ralentizado su crecimiento para consolidar su economía interna y por su política de cero COVID, lo que conllevará a la caída estrepitosa de nuestras exportaciones.
La situación descrita responde a los choques externos, de inexorable efecto global; sin embargo, el Perú gracias al crecimiento de las dos últimas décadas y acertado manejo macroeconómico, a pesar de sus inequidades y graves fracturas, estaba catalogada como las economías con mayor resiliencia en Latinoamérica a los efectos de estos embates, por sus
sólidos fundamentos. Conforme al consenso de organismos multilaterales y foros internacionales su pronóstico era de mayor recuperación en el corto plazo.
Los astros estaban alineados a nuestro favor, pero llegaron los jinetes del apocalipsis para destruirlo todo. Un gobierno sin planes ni programas, con una retórica verborreica socializante y con paupérrimo conocimiento de la realidad, del proceso histórico, los valores de la democracia, las leyes de la economía y manejo de la política internacional.
Irónicamente diría, se le asignó a Castillo la función de piloto para conducir un Boing 747, cuando apenas era conductor de combi. Los resultados de tal despropósito saltan a la vista y a estas alturas es inocultable; tal es así, que el propio presidente del BCR, Julio Velarde, ha reconocido a regañadientes y con inocultable rubor que “TENEMOS UN CRECIMIENTO POBRE - CRECER EL 3% ES POBRE, EL AVANCE DEL PBI ES INERCIAL... EL CRECIMIENTO DE LA INVERSION PUBLICA Y PRIVADA SERA MENOR QUE LA ESPERADA”, y como verdad de Perogrullo dijo: LA INVERSION PUBLICA NO CRECERÁ EL 2023 PESE AL PLAN BURNEO; a la sazón, el viernes pasado el BCR presentó su reporte de inflación de setiembre en que se ajusta las proyecciones de crecimiento de la economía a la baja.
El único motor que se pretende encender es la inversión pública; no obstante, será 0%, la inversión privada 0%, la inflación bordeara el 7%, los ingresos reales son 17% menor a los que existían pre pandemia producto de la informalidad. Se estima un mayor deterioro. Solo en Gamarra 500 mil personas no recuperan su empleo, el resultado de esta ecuación es ESTANFLACION (recesión y desempleo).
Exitosa Noticias: