OPINIÓN | Javier Zúñiga: La urgencia de reactiva III

De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) en 2020, publicada por el INEI, el sector privado peruano está conformado principalmente por micro y pequeños negocios. A raíz de la crisis causada por la pandemia, las MYPES fueron severamente afectadas. Así en 2020, se registraron aproximadamente 3.1 millones de MYPES distribuidas a lo largo del territorio nacional, un 48.8% menos que en 2019. Esto demuestra el gran impacto dentro del rubro empresarial, pero también revela un mecanismo de transmisión de la crisis económica hacia los hogares que subsistían con los ingresos generados por las MYPES.

En ese sentido el exministro de Economía, Luis Miguel Castilla, en un artículo publicado en el diario Gestión el miércoles 22 de septiembre de 2021, señaló que el financiamiento es un factor clave para asegurar que aquellas empresas, con potencial de crecimiento puedan expandirse y ser más competitivas, y para ello el gobierno debe potenciar los esfuerzos logrados por las entidades microfinancieras que han tenido un notable desempeño.

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En ese contexto, una buena nueva es el anuncio del gobierno publicado por el diario Gestión, el día miércoles 17 de los corrientes, sobre la estructuración de un programa reactiva III. Consideramos que dicho programa debe orientarse exclusivamente a las MYPES; pues, reactiva I y reactiva II se concentraron en corporaciones, grandes y medianas empresas, cuyo ticket promedio fue de 7 millones de soles; es decir, benefició a un sector con espaldas financieras, mientras millones de emprendimientos salían del mercado y muchas aún languidecen; en consecuencia, si realmente se quiere reactivar la economía desde la base de la pirámide, se debe inyectar por lo menos 4 mil millones de soles y un subsidio al interés; de manera, que el crédito sea accesible y blando.

Las MYPES son el motor no encendido de la economía y gravemente afectado por las consecuencias de la crisis económica y el proceso recesivo que se avizora. Cabe mencionar que las empresas de menor tamaño son mayormente informales, por no estar en la capacidad de asumir los costos de la formalidad y tal dialelo las convierte en empresas de escasa productividad, pero son las que generan el mayor empleo en el país, casi el 80% de la PEA trabajan el sector MYPE; esta situación la convierte en el verdadero colchón de la economía, resultando inexorable que un programa reactivador comprenda a las empresas informales y con un sentido de justicia el acceso a reactiva III, debe ser con intereses preferenciales, similares a los anteriores programas; ¡no sería justo que a los ricos se le regale el dinero y a los pobres se les cobre con carne de su carne!

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