11/05/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El sector minero es uno de los sectores con mayor importancia en la economía peruana, representa el 14% del PBI y el 60% de las exportaciones. Durante el 2018, se contrajo 1.29%, por la menor producción de minerales metálicos como plata (-12.1%), oro (-9.8%), molibdeno (-8.7%) y zinc (-3.9%).
El Perú es un país minero, ello se ve reflejado en el ranking de producción minera. En Latinoamérica es el primer puesto en la producción de plata, oro, estaño, zinc, teluro, bismuto, indio, plomo y selenio. Es el segundo puesto en producción de cobre y el quinto puesto en hierro y molibdeno. A nivel mundial, es el segundo productor del mundo de plata (superado por México) y cobre (superado por Chile).
El 2018, la producción minera se contrajo y la inversión en este sector creció. En el 2017 fue alrededor de los USD 4,000 millones y de USD 5,000 millones en el 2018. Para el presente año, se esperan 15 nuevos proyectos mineros, principalmente en Arequipa y Apurímac con una inversión de 17 mil 700 millones de dólares. Además, desde finales del 2018 el país cuenta con 49 proyectos mineros valorizados en USD 58,500 millones, los principales son Quellaveco en Moquegua, Mina Justa en Ica, la ampliación de Toromocho en Junín, Pampa del Pongo en Arequipa y Corani en Puno. Especialistas proyectan que la inversión en minería podría ascender a más de USD 6,000 millones para el 2019, estando lejos aún de las cifras del 2013, donde se logró una inversión de USD 8,864 millones. El 60% de los proyectos a futuro son cupríferos, debido a que el principal mineral demandado al Perú en el exterior es el cobre. Actualmente la producción minera de cobre asciende a 2.4 millones de toneladas métricas (TM), superior a los 1.5 millones de TM que produce China y lejos de los casi 6 millones de TM que produce Chile. Con el inicio de la producción en Mina Justa, Toromocho y Quellaveco, la producción minera de cobre alcanzará los 3 millones de TM por año.
El sector minero es el motor para el crecimiento de la economía, también es fundamental para el desarrollo social de las comunidades donde están ubicadas las minas, ya que parte de los impuestos que pagan las empresas mineras van a las comunidades. El Estado y el Ministerio de Energía y Minas deben regular el sector para proteger a los pobladores y supervisar que los cánones mineros sean utilizados correctamente, evitando futuros conflictos sociales.