23/12/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 11/01/2023
En la última semana, luego de la juramentación de Dina Boluarte como presidente del Perú, se iniciaron un conjunto de protestas sociales vinculadas al encarcelamiento del expresidente Pedro Castillo, originando una serie de perjuicios a la economía peruana.
De acuerdo a lo señalado por Alex Contreras, ministro de la cartera de Economía y Finanzas (MEF), se estima que las paralizaciones y protestas están generando una pérdida de entre S/ 60 y S/ 100 millones al día. La magnitud de esta pérdida no solo abarca al gran empresario, sino también a los pequeños negocios, como tiendas y restaurantes, que reducen sus ventas a causa de la menor cantidad de trabajadores que se dirigen a sus centros laborales.
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Esta situación se agravaría si se considera que estamos frente a la Navidad. En esta fecha, las familias tienden a comprar más; sin embargo, a causa del peligro que se percibe en las calles, muchas personas deciden no acudir a tiendas, reduciendo sus compras de manera presencial.
Por el lado de sectores económicos específicos, el turismo sería el más afectado por la situación nacional. Según el director de ComexPerú, Juan Stoessel, la recuperación del sector turismo se demoraría entre 15 a 30 días, si las protestas empiezan a calmarse de manera progresiva.
El efecto de las protestas también se traslada al ámbito alimentario. Conforme a lo comunicado por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), 19 de 26 productos agrícolas que ingresaron al Gran Mercado Mayorista de Lima incrementaron sus precios hasta un 48%, debido a los bloqueos de carreteras.
Nelly Paredes, ministra del Midagri, ha comunicado que el desabastecimiento de alimentos en Lima no es una posibilidad; sin embargo, los comerciantes resaltan la demora del transporte de alimentos hacia el mercado mayorista. Si bien la cadena de abastecimiento no se verá afectada, la toma de vías retrasará la llegada de alimentos, lo cual tendrá incidencia en el precio de algunos productos agrícolas.
Este 2022, en el contexto económico, ha significado un freno para el desarrollo nacional. La carente gobernabilidad y la falta de una autoridad competente para asumir retos ha ocasionado un daño al país que se podría resarcir, en el mejor de los casos, en los próximos 2 años. Las protestas actuales tienen un alto grado de politización, lo cual no refleja el verdadero sentir de las poblaciones vulnerables de nuestra nación.
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