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Opinión | Javier Zúñiga: Impacto Económico de la crisis política

La incertidumbre económica que proviene desde el anuncio del adelanto de elecciones presidenciales del 28 de julio, continuará.
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12-10-2019

El lunes 30 de setiembre de 2019, será recordado, pues el presidente Martín Vizcarra tomó la decisión de disolver el Congreso ante la negación de confianza al primer ministro Salvador del Solar. Posteriormente, los congresistas votaron a favor de la suspensión del presidente Vizcarra por un periodo de 12 meses y Mercedes Aráoz asumió la presidencia interina del país, renunciando un día después. El ruido político de esta crisis tendrá repercusiones negativas en la economía.

Luego de los incidentes políticos el tipo de cambio aumentó, alcanzando los S/ 3.40 por dólar, pero es conveniente mencionar que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), tiene los recursos necesarios para evitar cualquier variación brusca en el tipo de cambio.

La incertidumbre económica que proviene desde el anuncio del adelanto de elecciones presidenciales del 28 de julio, continuará. La economía seguirá su curso hacia una desaceleración posiblemente mayor. A inicios del año se esperaba que la economía tuviera un crecimiento mayor al 4.0%, pero las nuevas estimaciones de economistas y de instituciones consideran que el crecimiento en el 2019 se ubicará entre el 2% y 2.7%. Recientemente, el BCRP, reconsideró su proyección de crecimiento y determinó que sería del 2.7%. Con estos resultados, no habrá generación de empleo, la economía no se expandirá lo suficiente para absorber la nueva población que ingresa a la Población Económicamente Activa y el sector informal seguirá ganando terreno en la economía. No se podrá reducir la pobreza, pues para ello el país debería crecer por lo menos a una tasa del 5.0%. Por el lado del consumo y producción, estos disminuirán, considerando que la población no tiene confianza en gastar, preferirán ahorrar, pues nadie sabe qué pasará con el Perú los próximos 22 meses. Respecto a los inversionistas, bajo la misma premisa de no saber qué pasará en el futuro, no invertirán, pues no hay incentivos a la inversión.

Si analizamos el largo plazo de nuestra economía, es poco probable que con un Congreso que solo permanecerá por 1 año y un nuevo presidente para el 2021, la economía pudiera crecer a tasas más altas. En este contexto, la economía no alcanzaría niveles de crecimiento que permitan un desarrollo favorable y solo nos queda esperar que las nuevas autoridades puedan manejar esta situación y que juntos podamos lograr la recuperación de nuestra economía.