30/12/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 11/01/2023
Inmediatamente después de la vacancia del ex presidente del Perú, Pedro Castillo, Standard and Poor's (S&P), una de las tres calificadoras crediticias más importantes del mundo, rebajó su perspectiva crediticia para el Perú de “estable” a “negativo”. Con esta rebaja, actualmente son dos las calificadoras que mantienen una perspectiva negativa sobre la economía peruana, fundamentalmente por la actual crisis política.
S&P y Fitch Ratings son las dos calificadoras de riesgo soberano que mantienen una perspectiva negativa, a diferencia de Moody's que mantiene su perspectiva en “estable” desde setiembre del 2021.
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El riesgo que una calificadora crediticia observa cuidadosamente es una potencial falta de pago de las obligaciones financieras de un país.
Actualmente, el Perú es el segundo país con la mejor calificación crediticia en la región, detrás de Chile. Sin embargo, una rebaja en la calificación significa que la economía peruana no se encuentra en su mejor momento, por la actual coyuntura política.
Ahora bien, muchos se preguntarán en qué perjudicaría una rebaja de la calificación crediticia al Perú y a la población en general. En primer lugar, la calificación crediticia sirve como un termómetro de lo confiable que puede ser invertir en un país.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en el 2021 la inversión extranjera directa que ingresó al Perú fue de US$ 5,908 millones, lo que representa una reducción de -4.4%, respecto de la cifra del 2019. La inversión extranjera es el principal generador de empleo de largo plazo.
Otro efecto sobre la población se vería en el mediano plazo. Una menor inversión significa un menor crecimiento del Producto Bruto Interno. Se prevé que la economía peruana en el 2022 crezca, en el mejor de los casos, un 3%. Para los próximos años, el crecimiento podría descender, si no se hace un esfuerzo por atraer inversión con lo cual, habría menos oportunidades laborales.
Para el 2022, el Perú tuvo el potencial de crecer a más de 3%, pero el persistente desgobierno y la crisis política, además de los acontecimientos internacionales, ocasionaron un deterioro general de la economía. Nuestra ventaja es que la calificación crediticia se puede mejorar siempre y cuando la clase política se esfuerce en llegar a un consenso por el bien del país; esperemos que este escenario no esté muy distante.
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