08/06/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
En el transcurso del año, se ha producido una confrontación permanente entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo tornándose muy tensa, desde el blindaje que se le dio al fiscal supremo, Pedro Chávarry, por el caso de la irrupción en la oficina lacrada de su asesor. Ello llevó al presidente de la República, Martín Vizcarra, a plantear la cuestión de confianza, la cual fue sustentada por el premier, Salvador del Solar.
Está claro que el panorama político en el Perú vive una etapa de mucha inestabilidad y ello repercute en la economía del país. No se están cumpliendo las tres reglas de oro para generar una mayor inversión: i) no hay estabilidad política, ii) no hay un poder judicial justo y iii) se cambian las reglas de juego constantemente. La inestabilidad y ruido político generan incertidumbre, la incertidumbre genera desconfianza. Las empresas peruanas y los inversionistas van a pensarlo dos veces antes de invertir su dinero en algún negocio en el Perú, dado que la incertidumbre propicia mayores posibilidades de no generar ganancia o hasta incluso de perder la inversión. En el primer trimestre del año la inversión privada creció únicamente el 2.9% y se encuentra lejos del 5.3% que alcanzó en el mismo periodo del 2018 y continuará desacelerándose si es que no se resuelve el actual conflicto político.
La inversión es un pilar fundamental del PBI, con una pequeña inversión menor será el crecimiento. Ello se ha visto reflejado en los primeros meses del año, donde el crecimiento del PBI ha sido reducido. En el primer trimestre del presente año solo se creció 2.28% y se estima que en abril se haya crecido menos de 2%. Ello disminuye las posibilidades de que el PBI crezca 4.2% en el 2019, tal como lo afirmara el Ministerio de Economía y Finanzas, e inclusive no alcance el rango de 3.7% o de 3.9%, proyecciones de otras instituciones nacionales y mundiales. Lo más probable es que el PBI peruano crezca entre 3.2% y 3.5% durante el 2019. Lógicamente, que crecer menos lleva a nuestro país a no cumplir la meta de reducir la pobreza en 18% para el 2021 y tampoco aumentar el empleo formal cuando el 74% de los empleados en el Perú son informales.
Es evidente que el conflicto político debería llegar a su fin, pues la economía se está desacelerando. El Congreso y los ministros y el presidente, deben ponerse de acuerdo y trabajar juntos por el bien de la economía peruana.