OPINIÓN | Javier del Río: "Esperanza de la emergencia"
En su mensaje para esta Cuaresma, el papa Francisco invoca la intercesión de la Virgen María para que, de manera especial durante estas semanas, fijemos la mirada del corazón en el misterio pascual del Señor.
Y explica que poner el misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas de las injusticias que existen en el mundo, desde “los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano”, hasta “la trata de personas en todas sus formas”, “la distribución injusta de los bienes de la tierra...y la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría”.
De esta manera, el Papa nos recuerda que contemplar el misterio pascual de Cristo no es sólo contemplar a Cristo resucitado sino también verlo clavado en la cruz y verlo crucificado en tantísimas personas que sufren como víctimas inocentes del mal en sus diversas formas. Entre éstas, Francisco dirige nuestro pensamiento y nuestro corazón hacia aquellos hermanos nuestros que viven en situación de pobreza material y nos recuerda la importancia de compartir nuestros bienes con ellos. Dice: “Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo”.
Sabias palabras del Papa que, con el lenguaje sencillo y directo que lo caracteriza, nos traen a la mente las enseñanzas de sus predecesores y de los santos padres de los primeros siglos que no dejaron de insistir en la famosa frase del apóstol san Juan: “quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (1Jn 4,20) y exhortaron siempre a los cristia- nos a compartir sus bienes con los más pobres.
La caridad es la medida de la fe, como dice el apóstol Santiago: “la fe, si no tiene obras, está muerta por dentro” (St 2,17). En este sentido, los cristianos estamos llamados a ser caritativos y generosos siempre, pero más todavía durante la Cuaresma, porque es un medio privilegiado de prepararnos para la Pascua en la que Cristo quiere hacernos partícipes de su victoria sobre el pecado y la muerte.
La presente Cuaresma, marcada por la pandemia del COVID-19 y el aislamiento social, no sólo nos llama a rezar por los infectados por ese coronavirus y por quienes los cuidan, sino que también nos llama a ir al encuentro de aquellos hermanos nuestros que carecen de ingresos fijos y que, al no poder salir de casa para generar los pequeños ingresos que les permiten comer cada día, están comenzando a pasar por extrema necesidad.
Pensando en ellos y sus familias, hemos empezado la campaña “Esperanza en la Emergencia”, a través de la cual queremos hacerles presente el amor de Dios llevándoles alimentos no perecibles que los ayuden a cubrir sus necesidades esenciales y no perder la esperanza que viene del Señor.
Los invito a unirse a esta campaña aportando todos los alimentos no perecibles que puedan, con los cuales los seminaristas prepararán las canastas familiares que serán distribuidas a través de nuestra Cáritas Arquidiocesana en las zonas más necesitadas de la ciudad. Los pueden llevar a la parroquia de su barrio o al mismo local de Cáritas ubicado en la calle Federico Barreto 146 - Urbanización Ferroviarios o pueden llamar a los teléfonos 958314454, 958314451 o 966693097.
En caso prefieran, pueden también colaborar con dinero en efectivo, que será utilizado exclusivamente para la compra de alimentos para esta campaña, depositándolo en las siguientes cuentas de la misma Cáritas: 215-1437624-0-70 del Banco de Crédito del Perú (CCI 002-215-001437624070-22) y 300-3000470746 del Interbank (CCI 003-300- 003000470746-16). Como dijo el mismo Jesús: “lo que hicisteis con uno de estos, mis herma- nos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40).