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OPINIÓN | Jaime O. Salomon: Sanguijuelas sociales

Recapacitemos a futuro sobre la necesidad que tiene el país de tener personas competentes en el Congreso.
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16-12-2018

Por Jaime O. Salomon / phd analista político

Recapacitemos a futuro sobre la necesidad que tiene el país de tener personas competentes en el Congreso, en la dirección de algunos sectores y en cargos de las diversas entidades del Estado.

Aprendamos a elegir personas con capacidad, experien­cia en gestión, que defiendan la democracia, instituciona­lidad y respeto a los poderes del Estado.

La falta de amor por la patria alimenta ciertas tenden­cias usadas por las sanguijuelas y garrapatas, mientras que -cual camaleones-, se adaptan para no perder el car­go, sin hacer nada para generar bienestar en los peruanos.

Desde hace más de 3,500 años se utiliza un tipo de san­guijuelas para tratar males a través de la llamada sangría clínica. Esos animales se alimentan de la sangre provocan­do hemorragias que terminan generando en el paciente falta de ubicación y sensación de bienestar.

También existirían miembros de familias, de organiza­ciones, de partidos y hasta del Estado, que mantienen ese comportamiento animal y que atontan al hablar.

Es necesario identificar a esas sanguijuelas sociales o garrapatas políticas. Algunas ya están cayendo gracias a investigaciones de la justicia. Otros, siguen felices toman­do cafecitos sanguíneos y pululando en lugares públicos; esos deberán ser identificadas por los que los eligieron, para no repetir el error y elegir bien.

Para postular al Congreso, la Ley solo exige ser peruano y mayor de 25 años. Para trabajar en ciertas organizaciones del Estado se tienen más requisitos. Los ciudadanos y las autoridades deberíamos aprender a seleccionar historia­les apropiados y con experiencias exitosas.

Con conocimiento, evitemos personas con bulbos raquí­deos sanguijuelescos; o figuretismos que les permite salir frente a sus comunidades expresando falacias, basados en poca capacidad para sustentar las palabras que salen por sus bocas.

Por decisión popular a través del pasado referendo, no irán más aquellos eternos representantes. Pero, digamos también nunca jamás a las sanguijuelas sociales o políticas.

En estas fechas navideñas meditemos sobre si conviene seguir eligiendo representantes en el Estado con ideolo­gías imposibles o dirigidas para alimentar sus propios y oscuros deseos, en lugar de trabajar por el país.

La Constitución afirma que la soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo. Respetemos la Car­ta Magna y trabajemos por el Perú.