16/12/2018 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Por Jaime O. Salomon / phd analista político
Recapacitemos a futuro sobre la necesidad que tiene el país de tener personas competentes en el Congreso, en la dirección de algunos sectores y en cargos de las diversas entidades del Estado.
Aprendamos a elegir personas con capacidad, experiencia en gestión, que defiendan la democracia, institucionalidad y respeto a los poderes del Estado.
La falta de amor por la patria alimenta ciertas tendencias usadas por las sanguijuelas y garrapatas, mientras que -cual camaleones-, se adaptan para no perder el cargo, sin hacer nada para generar bienestar en los peruanos.
Desde hace más de 3,500 años se utiliza un tipo de sanguijuelas para tratar males a través de la llamada sangría clínica. Esos animales se alimentan de la sangre provocando hemorragias que terminan generando en el paciente falta de ubicación y sensación de bienestar.
También existirían miembros de familias, de organizaciones, de partidos y hasta del Estado, que mantienen ese comportamiento animal y que atontan al hablar.
Es necesario identificar a esas sanguijuelas sociales o garrapatas políticas. Algunas ya están cayendo gracias a investigaciones de la justicia. Otros, siguen felices tomando cafecitos sanguíneos y pululando en lugares públicos; esos deberán ser identificadas por los que los eligieron, para no repetir el error y elegir bien.
Para postular al Congreso, la Ley solo exige ser peruano y mayor de 25 años. Para trabajar en ciertas organizaciones del Estado se tienen más requisitos. Los ciudadanos y las autoridades deberíamos aprender a seleccionar historiales apropiados y con experiencias exitosas.
Con conocimiento, evitemos personas con bulbos raquídeos sanguijuelescos; o figuretismos que les permite salir frente a sus comunidades expresando falacias, basados en poca capacidad para sustentar las palabras que salen por sus bocas.
Por decisión popular a través del pasado referendo, no irán más aquellos eternos representantes. Pero, digamos también nunca jamás a las sanguijuelas sociales o políticas.
En estas fechas navideñas meditemos sobre si conviene seguir eligiendo representantes en el Estado con ideologías imposibles o dirigidas para alimentar sus propios y oscuros deseos, en lugar de trabajar por el país.
La Constitución afirma que la soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo. Respetemos la Carta Magna y trabajemos por el Perú.