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OPINIÓN | Jaime O. Salomón: Religión y política, en sociedad

El cardenal Cipriani dejó el cargo, después de 20 años de funciones, al llegar a los 75 años, como manda la regla de la Iglesia.
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27-01-2019

Por Jaime O. Salomón / Phd analista político.

El cardenal Cipriani dejó el car­go, después de 20 años de fun­ciones, al llegar a los 75 años, como manda la regla de la Igle­sia. Pero seguirá siendo parte del consejo de Obispos del papa Francisco.

Para muchos, él desempeñó una labor antagónica; una cara al pueblo y otra a ciertos intereses.

En el desempeño de su labor coincidió en fechas con el presidente Alberto, y con su fa­milia, dando evidente apoyo hasta su jubilación.

Ello demuestra que religión y política están entrelaza­dos, aunque como aceite y agua no debieran combinarse.

Coincidencia que también algunos miembros de la cú­pula del partido naranja hayan dejado el cargo o la cami­seta, y otros regresan a carcelería; sea por investigaciones, por tropiezos, o por falta de visión política.

Coincidencia que, en el mismo periodo de tiempo, se vie­nen reduciendo el número de miembros del partido naran­ja, mientras en la Iglesia tiene menos clero, menos fieles, cri­sis de autoridad, baja institucionalidad y escándalos.

En ambos casos pierden adeptos, a causa de los aconteci­mientos recientes que hacen que muchos busquen otras iglesias o partidos.

Ambas debieran tener ideología, pero en realidad no existe en política y en religión, se tienen formatos a la carta.Pareciera el mercado de los milagros.

En la Iglesia, el papa Francisco está poniendo orden, dirigien­do y gestionando la Iglesia, como se debe. En el Perú se tienen cultos que tratarán de buscar un camino para el 2021.

Cardenal Barreto lo dijo: No hay intocables en el Perú. No se debe hacer distinción de personas; hay que ser justos y misericordiosos... con todos.

No se trata de justicia divina, sino de simples coincidencias.

No se trata de lealtades; sino de equidad, de hacer bien las cosas, de ser responsables y éticos.

La relación entre religión y política es histórica en nues­tro país, como herencia de los conquistadores, donde el Estado se ha confesionado, aunque se dice que Iglesia y política no se mezclan.