08/02/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
De nuestra memoria es lo único que logra que tomemos atención y cuidado a las cosas; claro, cuando nos interesan. Caso contrario el cerebro escucha pero, se cierra.
Y lo vemos en el desarrollo de la vida personal de muchos y en el consecuente desempeño que tienen como personas y en sus centros de trabajo. Con el consecuente impacto en la economía nacional.
Sobresalen los que hacen que su vida sea siempre -y de manera constante- un recuerdo fresco, buscando la excelencia en cada actividad que desarrollan; sea personal o dentro de una organización donde interactúan con un grupo de personas.
Si todas las personas fueran así, seríamos ya un país desarrollado.
Y el problema se presenta en las personas que pueden estar desempeñándose dentro del ámbito privado o público.
Se presentan dos escenarios: los ciudadanos con cancha y los que recién están empezando su vida laboral.
Los cancheros tratan de hacer el mínimo esfuerzo para mantenerse en el cargo, desapareciendo de su recuerdo fresco y permanente el pretender ser eficiente para lograr que la organización en la que trabaja sea exitosa, haciendo que el círculo virtuoso le dé -a futuro- una mejor posición con apertura de éxito personal.
Claro, aquellos buscan el éxito personal en el facilismo inmediato y que en muchos casos -gracias a los gobiernos paralelos- logran su meta al tratar y buscar de romper las reglas. Sí; gran problema la corrupción.
Y ¿de qué depende? Simplemente depende de cada persona el trazar el rumbo de vida que le permita ser eficiente, productivo y -si es consistente en el tiempo- competitivo. El tiempo es el que se encargará de reconocer a cada quien, salvo que aparezcan los “paralelos” mellando lo que cada quien viene haciendo. Pocos buscan construir un futuro y tender puentes hacia el desarrollo personal, empresarial y del Perú.
Una persona exitosa es la que hizo y sigue ejecutando las cosas buscando siempre la excelencia.
Vemos con mayor intensidad el negativismo a los recuerdos frescos en el ámbito público, porque no se corrige el hecho concurrente que el servidor sea eficiente. Simplemente comete errores a propósito interesándole poco lo que hace, así como la organización, dado que sus ingresos no están en función a su eficiencia, ni al cumplimiento de metas y menos a objetivos específicos de la organización. Al final pierde la organización... pero, no el servidor.
Las reglas laborales en todas las instituciones del Estado debieran ser claras y medir el desempeño de cada quién en función al cumplimiento de metas y objetivos organizacionales. Claro está que la institución debiera preocuparse por atender y satisfacer todas las necesidades básicas de las personas.
Hay mucho por hacer.
Trabajemos por el Perú.
*Ciudadano, emprendedor y docente.