OPINIÓN | Jaime O. Salomón: y se llama Perú
En pleno siglo XXI, existen aún desigualdades que son un problema por la poca capacidad de representación política que tienen los sectores vulnerables de la población; como es el caso de las poblaciones indígenas u originarias de la región andina y amazónica.
En el Perú existen, además del castellano, 47 lenguas: 43 en la Amazonía y 4 en los Andes. Oficializar nuestras lenguas fortalecería el ejercicio ciudadano de todos los peruanos, ya que el uso escrito y oral de las lenguas indígenas por parte del aparato público nos permite, como ciudadanos peruanos, acceder por igual a procedimientos formales.
Aunque fueron el quechua y el aimara las primeras en oficializarse (1985), es con la promulgación de la Ley 29735, llamada Ley de Lenguas, que se continuó con la oficialización de treinta y dos alfabetos normalizados, quedando aún 15 pendientes.
Oficializar las lenguas en nuestro país conlleva a superar la barrera de la desigualdad, política y social, en la que han estado insertas las lenguas indígenas y sus hablantes; por ejemplo, (a) el acceso a servicios públicos donde la información solo se brinda en castellano o (b) su valoración en la escala social donde son mal consideradas como dialectos y no como lenguas.
Si a esto sumamos las recientes cifras ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática - INEI (marzo, 2019) que señalan en su Informe técnico indicador de la Actividad Productiva Departamental que, hay 10 departamentos que aportaron con 4,4 puntos porcentuales al crecimiento de la economía peruana, en el IV trimestre del 2018.
Solo en el último trimestre de 2018, la economía peruana creció en 4.8% y 10 departamentos registraron crecimientos superiores al promedio nacional, así es el caso de Loreto y Amazonas. Destacar que el primero, durante ocho trimestres consecutivos viene en alza; solo en el cuarto trimestre de 2018 presentó una expansión de 14.7%. Mientras que el segundo, por nueve trimestres consecutivos, mostró resultados favorables con un crecimiento del 7.7 %.
En el sector Electricidad, aumentó la producción de energía eléctrica por la mayor demanda de las empresas distribuidoras.
Retomando la idea central, debe ser de nuestro interés esperar que estos procesos -difusión de alfabetos normalizados de las lenguas indígenas- cobren relevancia bajo la idea de crear instituciones empáticas que contribuyan con la construcción de una sociedad integrada que permita fortalecer la ciudadanía a una escala nacional.
Con ello, el camino que toca recorrer como sociedad y Estado, estaría ampliándose y fortaleciendo los derechos ciudadanos de las poblaciones que hasta hoy son casi invisibles para la oficialidad.
Trabajemos por el Perú.