OPINIÓN | Jaime O. Salomón: autodestrucción

Se deberían simplificar los procesos de las entidades del Estado a fin de mejorar la relación con los ciudadanos.

Si analizamos el historial pasado podremos reflexionar y mejo­rar el futuro.

Se requiere revisar el patrón de los vínculos que el Estado mantiene con la sociedad, alineando los discursos a las Leyes, si se trata de evitar que aprieten el botón de autodestrucción.

En realidad, varios de los compromisos que asumen terminan siendo folclóricos, ajenos a los derechos de las comunidades, alejados de una visión de desarrollo nacional, sin atisbo a la nueva configuración social.

Se tienen organizaciones representativas (de siempre) encontradas con la nueva corriente ambientalista.

Se enfocan en meras actas (mecidas sociales), sobrepuestas a las polí­ticas de Estado (agendas sectoriales) que generen sostenibilidad.

Se requiere desarrollo económico sostenible, con identidad. Para ello es necesario pensar en pactos de entendimiento donde ambas partes se “entiendan” y que tiendan puentes (que dejen de construir muros).

En todo ello el idioma juega un papel importante, pero es mayor la intención de las partes a buscar entendimiento común; por ello se hace necesario el entender la cultura de cada quien (previa al inicio de con­versaciones).

Cambiemos la historia de las últimas décadas. Pensemos en fondos verdes, considerando la realidad del bosque.

Conservemos los recursos clave, respetando las necesidades y el desa­rrollo sostenible. Respetemos la identidad de cada quién en las múlti­ples culturas del Perú.

La población ya aprendió a dar vuelto, a reclamar ante realidades di­reccionadas, a conversar solo con los acreditados, escuchando la voz de los que son y las opiniones de quienes los representan.

Se requiere un Estado inclusivo, sostenible, asequible, seguro, que ge­nere soluciones, cree valor y beneficio social.

Para algunos elegidos se ha vuelto tan natural el tergiversar, que los peruanos ya no distinguen la realidad de la ficción creada, cual obra infinita para dominar poderes del estado.

Trabajemos por el Perú.