29/04/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
UNO
Sobre el caminar de la pandemia han surgido razones colaterales que han complicado más el panorama de autoridades y allegados con las disposiciones entregadas para ser cumplidas.
Cuando se diagramaron disposiciones sobre la actitud se debía tomar solo se pensó en los adultos. Era lógico, ellos mueven el país desde sus campos laborales pero, si pero, se olvidó a los niños que, encerrados, retenidos, sin poder salir de casa, sufren un enclaustramiento que les llega profundamente y los descontrola. Les hace difícil no encontrarse con amigos. Salir a un parque y jugar con su mascota.
Eso puede ocurrir en niños sin problemas en su salud pero, ¿qué sucede en un menor con habilidades especiales?.
Se descontrola. No resiste el encierro en un período tan largo pero, deben permanecer en su hogar. Nunca se pensó en ellos y pedidos a quien tenga que ver, analicen esta situación. El niño especial necesita un trato especial. Véanlo por favor.
DOS.
Me pregunta un amigo cuando conversamos por teléfono para acortar las horas de enclaustramiento
“¿Qué tenemos en la cabeza?”. Mi colega se refiera a la actitud adoptada (por no decir tomada) por aquellos que compran cajas y cajas de cerveza. Salen a la calle cuando tiene orden de aislamiento. Siembra su enfermedad sin ninguna responsabilidad y para él, o ella, no existe la expresión “con cuidado”. “No arriesgues a los demás”.
Las autoridades, con estos “ejemplares”, deben ser drásticas.
TRES.
Muchas personas se han presentado en los lugares de atención para los enfermos del virus y, pese a señalar lo que sienten, son enviados a sus casas por no padecer de coronavirus. Lógicamente los denunciantes se “choquean” y no entienden.
Siente todo lo vivido por todos los enfermos de la pandemia pero ellos, por entendidos en la materia, dicen carecer de la epidemia. No sería conveniente una difusión más intensa, de cuales son, realmente, todos los síntomas que siente un enfermo del COVID - 19. Lo que abunda no hace daño y contribuiría a la concurrencia masiva, a los centros médicos.
En los locales de atención concurrirían quienes realmente padecen la epidemia. Insistir en los consejos. Machacar y machacar, como decía mi abuela. Es una buena manera para aprender.