Opinión I Mario Amoretti: Los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, ¿serán los más idóneos?
Ha pasado más de un año que se desactivó el Consejo Nacional de la Magistratura, se creó la comisión encargada de elegir presidida por el presidente de la República, situación que nunca ha sucedido en toda nuestra historia republicana. En los trece intentos de reforma judicial, es la primera vez que sucede un hecho de esta naturaleza, máxime cuando se sostiene que no debe intervenir la política; sin embargo, quién nos garantiza que esta politización no se produzca.
El país espera que se elijan a los que en verdad tengan la solvencia moral e intelectual y que sean dignos del cargo
que van a ejercer los representantes de la Junta Nacional de Justicia. Ojalá que la justicia sea despojada de la política, ya hemos tenido muchos sinsabores en las últimas décadas y el pueblo no soportaría una intromisión más. Entre los postulantes se encuentran juristas muy respetables y ojalá que prime la meritocracia, como claro reconocimiento a que en esta oportunidad se ha de dejar de lado la política, que tanto daño nos ha hecho.
De acuerdo a lo sucedido anteriormente, tenemos que es en la entrevista donde se deja muchas veces de lado a los juristas más representativos en cuanto a su solvencia intelectual y moral, llegándose al extremo que para “ayudarlos” o “descalificarlos”, le formulan preguntas que no guardan ninguna relación con el motivo de la entrevista o, lo que es más grave, tratan en lo posible de demostrar con preguntas inapropiadas, para pretender conseguir que dicho postulante no sea “aprobado”.
La experiencia muchas veces trágica en la elección y nombramiento de integrantes del sistema de justicia nos demuestra que en algunas oportunidades impera el autoritarismo de las dictaduras de regímenes pasados o la política partidaria, con la finalidad de que en su momento interfieran en la labor de administrar justicia, en las funciones propias desus integrantes, máxime cuando van a ser los encargados de elegir, ratificar o, llegado el caso, sancionar a los malos elementos.
Es de vital importancia que estemos atentos, a fin de que no se revele de los vanos propósitos del mal uso del poder político, para contrarrestarlos en su momento, frente a este lacerante problema de los trece intentos para pretender reformar el sistema de justicia, porque en nuestra historia republicana nunca lo han reformado, la percepción ciudadana es la de considerar a los jueces y fiscales en un nivel de desprestigio, hecho que consideramos algo injusta y desproporcionado, porque la corrupción, la mediocridad en forma aislada o excepcional, no puede comprometer a todo el sistema de justicia.