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Opinión I Dennis Falvy: La Guerra Comercial: Quo Vadis

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19-10-2019

Kevin Rudd ex primer ministro de Australia y presidente del Instituto de política asiática en Nueva York, nos señala que la guerra comercial China /EE.UU. podría entrar a su final.

De hecho, la próxima ronda de negociaciones podría ser la última oportunidad real de encontrar una manera de solucionar este enorme problema.

En caso contrario, el mundo debería empezar a prepararse para su mayor aflicción económica desde la crisis financiera mundial del 2008.

Señala que hay varias fases.

En marzo, cuando el presidente Trump anunció la primera ronda de aranceles de importación de productos chinos.

La segunda fase llegó con el "restablecimiento argentino" en la cumbre del G20 en Buenos Aires en diciembre pasado, cuando Trump y el presidente chino Xi Jinping anunciaron que concluirían un acuerdo en un plazo de 90 días. Eso duró solo hasta mayo.

Con la tercera, los Estados Unidos impusieron una nueva ronda de aranceles de importación, y China tomó represalias en especie, al tiempo que dio a conocer su respuesta a la "lista de entidades" de los Estados Unidos.

El analista señala que ambas economías de Estados Unidos y China están en problemas. Y Trump puede temer por su reelección. XI Jinping se vería debilitado por cualquier desaceleración significativa en vísperas de las celebraciones del centenario del Partido Comunista de China en el 2021.

El FMI advierte que se están desestabilizando los mercados, al destruir la confianza empresarial y socavar el crecimiento.

Cada parte también afirma tener la resiliencia económica. Estados Unidos es ciertamente menos dependiente del comercio que China; pero ellos tienen a su disposición herramientas fiscales, monetarias y crediticias más sólidas.

Para que ambos salgan del problema suscitado, China debería eliminar las disposiciones de los Estados Unidos para retener los aranceles después de la firma del acuerdo, y para volver a imponer unilateralmente los aranceles si los Estados Unidos concluyen que China no está respetando el acuerdo.

Asimismo, China debería mejorar su oferta original de una reducción de 200,000 millones de dólares en el déficit comercial bilateral a lo largo del tiempo.

En tercer lugar, si bien China querrá evitar la prohibición de las subvenciones estatales a la industria y las empresas chinas, debe conservar las disposiciones vigentes del proyecto de acuerdo sobre la protección de la propiedad intelectual y la prohibición de las transferencias de tecnología forzosas.

Hay más que analizar, pero veremos con lo expuesto qué pasa. Ello es crucial.

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