03/10/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Luego de la decisión de disolver constitucionalmente el Congreso, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha iniciado el proceso para las elecciones legislativas el 26 de enero de 2020. Sin embargo, con las mismas reglas electorales y los mismos partidos, ¿estaríamos corriendo el riesgo de tener la misma calidad de Congreso?
Cuando el Congreso del periodo 2016-2019 inició sus labores, el número de congresistas por bancada era 73 para Fuerza Popular, 20 para Frente Amplio, 18 para Peruanos por el Kambio, 9 para Alianza para el Progreso, 5 para el Partido Aprista Peruano y 5 para Acción Popular. Luego de una serie de renuncias y expulsiones de congresistas a su bancada de origen, ni la inconstitucional Ley Antitránsfuga pudo evitar que este Congreso termine atomizado con 13 bancadas.
Para las elecciones legislativas del 26 de enero de 2020, el peligro de desbande sigue latente. ¿Dónde radica el origen del problema? Los partidos y la poca participación de la población en política.
El alto índice de transfuguismo viene a confirmar la debilidad de los partidos, muchos de ellos sin ideología, sin estructura ni bases. Peor aún, no cuentan con cuadros profesionales que puedan hacer realidad una agenda país. El caso de Fuerza Popular lo demuestra, con 80% de sus congresistas (73/62) como invitados. Esta situación también se refleja a nivel del Congreso, con 80% (103/130) de no afiliados al partido político por el que postularon. Esta falta de afiliación fomenta la llegada de invitados de último minuto y sin compromiso, carentes de una visión de país. La brecha de representatividad entre congresistas y sus electores empieza allí.
Por su parte, los ciudadanos han olvidado la frase de Aristóteles, “El hombre es un animal político”, y conciben su rol fuera de la relación con el Estado. Funcionan en base a lemas y caudillos, o por temas puntuales que les afectan. Es cierto que el desprestigiado ambiente político no genera vocaciones. Sin embargo, jóvenes y adultos deben participar porque, según Alan Touraine, ¿qué significa la libre elección de los gobernantes si los gobernados no se interesan en el gobierno, si no sienten que pertenecen a una sociedad política sino únicamente a una familia, una aldea, una categoría profesional, una etnia, una confesión religiosa?
El Perú vive hoy un renuevo generacional y político, que exige de las organizaciones políticas y la ciudadanía un desempeño a la altura de los requerimientos de nuestra democracia.