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Opinión | Giovany Rocío: Perú un país por devorar

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25-10-2019

En el norte del Perú existe un hotel 5 estrellas, sin duda alguna una joya en medio de todo el sistema hotelero, con instalaciones propias de un hotel del Caribe, unos kilómetros antes se encuentra un mítico hotel entre 3 y 4 estrellas, un icono en el norte y un referente por sus fiestas de Año Nuevo.

Si bien es cierto la ocupación de ambos es alta, en el primero encuentras ofertas de hasta USD 49, el otro siempre oscila entre USD 129 y USD 149, la respuesta es sencilla entre los visitantes. La diferencia es la comida. Hoy el Perú se encuentra en Latinoamérica entre el 4to y 6to país con relación al turismo, siempre detrás de Brasil y Argentina que casi nos duplican en el número; aún no logramos pasar a Chile y, como en las eliminatorias, el 4to casi lo alternamos con Colombia y desde hace pocos años superamos a Uruguay (un país con el 10% de los habitantes que tenemos) y la hoy casi desaparecida Venezuela desde hace más de una década.

Sin embargo, el Gobierno debería entender que el 3% de lo que se invierte en minería para generar un empleo, es lo necesario para generar un empleo en turismo. Sin embargo, este tiene en principio varios enemigos.

Sin duda alguna la principal causa es la falta de una aerolínea aliada a nuestro país y el ya colapsado aeropuerto Jorge Chávez, un pasaje a Tumbes o Piura puede costarte cien dólares menos que a Miami, por el logaritmo de las fechas. Segundo, es la falta de apoyo al empresariado, en el norte la gran mayoría de hoteles vive una amenazante y absurda disputa con bienes nacionales. No con las comunidades. Tercero, la mediocre inversión de lo que mejor tenemos: nuestra gastronomía.

Lo bendito de nuestros climas con mar, costa, sierra y selva son un aliado perfecto para diversas actividades, pero, sobre todo, para el mejor despensero gastronómico que mezclado con las diversas migraciones tenemos sin duda alguna la mejor comida del mundo. México, con 40 millones de turistas, en su gran mayoría el peruano cuando viaja ya sea a Cancún o la Riviera Maya o al mismo DF, sufre por que All Inclusive (todo Incluido), dista mucho de lo que tenemos en nuestro ADN por comer bien.

Acá tenemos la mejor comida china, italiana y ni qué decir de la marina y criolla, hace algunos años que ya no hay Mistura, sin embargo, el turismo gastronómico hoy viene creciendo, y grandes hoteles en el norte y sierra y selva, con el mejor aliado, la comida peruana, puede ayudar no solo al empresario hotelero y gastronómico si no a millones de personas que podrían encontrar una fuente de empleo.

Ojalá el Gobierno comience a pensar en una política pública de apoyo al turismo como marca país.