Opinión | Giovany Rocío: Mi odio al Guachimán
Cuando el fallecido Alan García empezó su campaña política en el 2005-2006 rumbo a las presidenciales del Perú, se dio cuenta que un gran bolsón del electorado estaba entre otros grandes grupos, en aquellos que estaban en las empresas de 'service'. Es que Toledo dentro de su apertura del mercado y la regulación por parte de la oferta y demanda, dejó que los 'service' y las outsorcing se prostituyeran y que todo pueda ser parte de un problema de tercerización.
Es que si bien es cierto la subcontratación, la externalización de determinados procesos o la propiamente tercerización, como todo, depende mucho de la gente que más que un negocio ve la oportunidad de hacer un negociado.
Y acá me quiero detener en los Agentes de Seguridad (Guachimanes) de muchas entidades públicas, como, por ejemplo, los encargados de cuidar el Rebagliati, muchos de ellos, padres de familia, ganan el sueldo mínimo más 4 horas extras (es decir el sueldo mínimo entre dos por 1.25) con los descuentos de ley no superan los S/ 1,500.00 por 12 sacrificadas horas de trabajo.
Pero el outsorcing, palabra anglosajona, busca que la tercerización, como por ejemplo de los servicios contables, legales y que por la naturaleza de su especialidad, no sean a dedicación exclusiva.
La Contraloría, que desde hace un tiempo es un chiste y lejos de determinar algo ha sido un socio silencioso de los diversos clubes como el de la Construcción y Supervisión, y ahora el Club de los Libros, deberían poner sus ojos en este maltrato basados en el subempleo. Es difícil que esto lo leas en otro diario o alguien salga a hablar de esto en la televisión. A muchos no les conviene.
Si Michelle Alexander quiere acercarse a la realidad, que haga una serie de cómo es que sobrevive una familia entera con un padre que trabaja más de 10 horas y recibe entre 1,300 y 1,500, mientras cobran por agente cerca de 3,600 soles.