OPINIÓN | Giovany Rocío: "Fiscales en la mira"
Mediocridad o peculado. A Odebrecht hay que derrotarla en el Poder Judicial peruano.
En el año 2003, Perú conjuntamente firmó con más de 100 países, LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA CORRUPCIÓN.
Un tratado de 63 hojas, en el que se señalan diversos lineamientos y consideraciones, sobre actos de corrupción en los contratos. (Con eso hemos ganado gran parte de los 17 arbitrajes de 20, según el MEF) y los otros tres no suman en conjunto ni 45 millones.
Es por eso recordar lo que el entonces secretario general señalaba ante las Naciones Unidas: que la Convención es la culminación de una labor que se inició hace muchos años, cuando la palabra “corrupción” apenas se pronunciaba en los círculos oficiales.
Fue necesario hacer esfuerzos sistemáticos -primero de carácter técnico y luego, gradualmente, político- para llevar la lucha contra la corrupción a la agenda mundial. Tanto la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, celebrada en Monterrey, como la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo, dieron a los gobiernos la oportunidad de expresar su determinación de luchar contra la corrupción y de sensibilizar a muchas más personas sobre los efectos devastadores que la corrupción tiene para el desarrollo.
La convención también es resultado de largas y difíciles negociaciones. Había que abordar muchas cuestiones complejas y numerosas inquietudes de diversos círculos. Fue todo un reto elaborar, en menos de dos años, un instrumento que reflejara todas esas inquietudes. Todos los países tuvieron que demostrar flexibilidad y hacer concesiones. Pero podemos estar orgullosos del resultado.
Este argumento es quizás el más enunciado en las diversas defensas, cuando de contratos en que los actos preparatorios existió de por medio corrupción.
Acá necesitamos de manera urgente, un fallo en primera instancia. El procurador recomendó romper el contrato en uso de la cláusula anticorrupción. El nuevo código podría encontrar una inmediata condena y con eso pedir diversas excepciones ante el Tribunal Arbitral y cuestiones previas, que están contempladas en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi) la misma que es una institución del Banco Mundial.
Los fiscales, quiero creer, desgraciadamente su capacidad no les da para tratar con mafiosos delincuentes. Esto es una puñalada. Tengo un gran concepto por Rafael Vela, pero acá está perdiendo.