OPINIÓN | Giancarla Di Laura Morales: "Año nuevo: un comienzo solidario"

Empezar un año nos permite recapacitar sobre nuevos proyectos y ciertas innovaciones que queremos emprender en nuestras vidas. Desde distintos entornos, nos enfrentamos a nuevos retos y tenemos nuevas resoluciones que queremos aplicar en nuestro diario vivir. Muchas de esas resoluciones contienen grados de dificultad cuya ejecución permitirá definitivamente logros y éxitos. Reflexionar sobre qué mejorar o cómo comenzar a ejecutar el plan es una meta importante para cada uno de nosotros.

La vida ya es bastante complicada y muchas veces carecemos de tiempo, por eso es bueno saber usarlo organizándonos para que podamos cumplir con los objetivos. Otro punto importante es enfocarnos, tratar de delimitar nuestro tema porque de esa manera podremos realizar nuestro proyecto sin distracciones.

Asimismo, hay dos valores esenciales que tendríamos que incorporar en nuestro hábito vivencial: el respeto y la empatía. El éxito de cualquier sociedad gira alrededor de mostrar el respeto a cualquier objeto animado o inanimado, es decir, nosotros los humanos debemos de respetar todo lo que circunda a nuestro alrededor. Este valor es esencial para lograr una sana convivencia en cualquier ámbito. El respeto al prójimo, pero también a los recintos que frecuentamos. Es decadente ver que la gente tira basura en su ciudad o en la playa, tenemos que ser más conscientes de lo que hacemos. El segundo valor es ser empáticos, es decir ponerse en los zapatos de los otros. Dejar de ser egoístas, dejar de pensar que uno es el centro del universo o el hueco de la torta. Pongámonos a reflexionar en cómo podría mejorar mi relación con mi familia, con mi país y con el mundo si pensáramos en la repercusión que podría tener ese acto en mí; seamos más comprensivos y dejemos de ser tan egocentristas para que podamos gozar de un año mejor.

Como nos dice nuestro máximo poeta César Vallejo en su gran texto emblemático “Masa”: Al fin de la batalla, / y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre / y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!” / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Se le acercaron dos y repitiéronle: / “¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!” / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, / clamando “¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!” / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Le rodearon millones de individuos, / con un ruego común: “¡Quédate hermano!” / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Entonces, todos los hombres de la tierra / le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; / incorporóse lentamente, / abrazó al primer hombre; echóse a andar...”. De esta misma manera, debemos de empezar este 2020, tratar de ser más solidarios con nuestro entorno y en cada acción pensar en la repercusión que puede tener no solamente en mi persona sino en mi comunidad, en mi país, en el mundo en sí.

¡Feliz 2020, que sea el comienzo de un año de paz y de éxitos para el mundo entero!