OPINIÓN | Giancarla Di Laura: "De pico y raja"
La cosa es muy simple: reducir el número de gente en la calle y así aminorar la posibilidad de contagio. Sin embargo, debo confesar que la noticia del “pico y sexo”, o salidas por género, al principio, me dio un poco de risa. Sonaba a escuelita de monjas o a desfile militar.
Eso de separar a hombres de mujeres como en las cárceles parecía una idea ya superada desde los tiempos del feminismo y la lucha por la igualdad de géneros. Pero vista en el contexto de emergencia nacional en que nos ha puesto la pandemia del coronavirus, tiene completo sentido; mucho más que el control por DNI, que facilita el acercamiento entre caminante y autoridades, y por lo tanto expone a nuestros policías y soldados al contagio.
La división por género aparente es un sacrificio pequeño en tiempos de guerra. Permite controlar mejor la circulación humana, que es probadamente el mayor factor de expansión del coronavirus. Además, el presidente Vizcarra ha sido muy claro en que no se debe discriminar ni mucho menos violentar a la población LGTBI por salir el día con el que se sientan más identificado/as.
Sé que hay opiniones disidentes, como la de una inexperimentada congresista que atribuye a las mujeres el mandato mayoritario de la economía y la vida familiar y por lo tanto reclama que no se les debe reducir a salir solo tres días por semana.
Ya la han abucheado bastante por no saber organizarse para hacer sus compras para dos o más días a la vez o por seguir reivindicando el peligroso control por DNI. Lo escandaloso es que hasta ni en los más altos niveles de la política peruana existe aún la conciencia suficiente de que estamos en peligro de perder nuestra identidad como ciudadanía y como país por obra y gracia de un virus microscópico ante el que la ciencia aún parece impotente. Más seriedad, por favor.