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OPINIÓN | Eduardo González Viaña: "Que vivan los viejos"

"En las culturas ancestrales como las asiáticas e incluso las latinoamericanas, los viejos no han perdido sus funciones y las cumplen con más juventud que antes".
ggonzales
07-04-2020

Apenas pasen estos tiempos ingratos, quiero unir mi voz y mis esfuerzos a los de aquellos que como yo piensen necesario gritar “que vivan los viejos”. Desde la frase de la banquera europea Christine Lagarde denostando a la vejez, se ha escuchado otras voces similares.

La señora Lagarde se preocupaba por el hecho de que hay mucha gente que está viviendo mucho y se preguntaba qué se podía hacer al respecto. En nuestro tiempo los señores Trump, Johnson y Bolsonaro no han dejado de disminuir a los viejos en la carrera económica.

Para ellos, la economía parece ser más importante que una parte de la especie humana. Más todavía, en nuestro país, las universidades estatales han comenzado a extender retiros a las personas que pasen de una edad determinada.

Todo esto contrasta con la realidad observada en el mundo desde comienzos del siglo XIX. Desde entonces la calidad de vida se ha extendido al menos tres años cada año. Así como se despide a gente por su edad, en algunos países como Estados Unidos por ejemplo hay más y más empresas que prefieren el trabajo de “gente con experiencia”.

La categoría de “gente con experiencia” está sustituyendo a la de “gente vieja”. En las culturas ancestrales como las asiáticas e incluso las latinoamericanas, los viejos no han perdido sus funciones y las cumplen con más juventud que antes.

En cuanto a “cómo se ven”, las cosas están cambiando. Las categorías de viejos y viejas ya no se aplican generalmente a los grupos por la edad que ostentan y es común encontrarse con grupos sociales, especialmente de damas en los cuales el seis, el siete o el ocho antepuestos a la edad no presuponen sino un poco más de coquetería.

En Estados Unidos, el gobierno de Trump ha desmontado el sistema de salud que puso allí el presidente Obama. Lo sigue haciendo mientras acude al repelente “in sitio” de que no debe ser el estado si no el propio ciudadano quien cuide su salud.

En la Italia que pagó 126 millones de euros por el fichaje del jugador Cristiano Ronaldo, últimamente no se ha sabido qué hacer con los tubos de oxígeno que faltaban para la población de la tercera edad. Pero los tiempos duros tendrán que pasar. Unos y otros, los que creemos en el ser humano y en sus virtudes sea cual sea su edad, gritaremos de nuevo “que vivan los viejos”.