20/11/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Hasta ahora resultaba extraño que, en un país como el nuestro, ninguna universidad se hubiera lanzado a ofrecer una Maestría en Estafa.
Ahora es la hora. ¿Por qué? La historia comienza en Paraguay. Allí, dos mil ochocientos maestros dedicaron meses, esfuerzos, sueños y guaraníes para estudiar una actualización en “Prácticas pedagógicas innovadoras” que les ofrecía el Ministerio de Educación y de las Ciencias de ese país.
Lo malo del asunto es que los textos habían sido plagiados de material perteneciente al Ministerio de Educación del Perú y habían sido vendidos a Paraguay luego de ser sustraídos en nuestro país.
Luego de descubrirse el origen delincuencial de los materiales empleados, ni el ministerio paraguayo ni mucho menos ninguna de las entidades educativas de las que provenían reconocieron a los maestros su tiempo e ilusiones perdidas.
Los cursos eran impartidos por una universidad peruana.
El monto de la estafa asciende a unos cinco millones de dólares.
Cuando se reveló este crimen -cometido en una de las naciones más pobres del continente- y cuando los maestros paraguayos comenzaron a reclamar, se creó una crisis en el gobierno de ese país. El titular de Educación tuvo que renunciar a su cargo.
¿Dónde debe ser investigado y juzgado este delito? El principio de territorialidad deja librado al criterio del juzgador lugares como: aquél donde se cometió el delito, aquél donde se producen los efectos del delito y, por fin, la residencia de la víctima.
El año pasado el abogado de la universidad peruana le advirtió al fiscal que ya existía una investigación en curso en Paraguay y que por ende existía un problema de competencia.
Y aquí viene la maestría de la estafa: 1) la fiscalía paraguaya se inhibió. 2) Se pensó entonces que la justicia se haría en Lima, pero no ha sido así: a sola petición del denunciado, el fiscal ha archivado la investigación.
¿La solución? La procuraduría del Ministerio de Educación acaba de iniciar una Queja de Derecho. En el lenguaje judicial, se trata de una apelación formal para que el fiscal superior revoque la petición del archivante, y ordene que se continúe y profundice la investigación y se determine a los culpables. El caso se ventila en la Segunda Fiscalía de Aduanas de Lima.
Estafa, en Paraguay. Plagio y usurpación de derechos autorales en el Perú. Justicia archivada y maestría en estafa.