01/11/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
¿EXISTE UN INFIERNO PARA LOS DICTADORES? ¡Sí! Dante Alighieri lo sitúa en el séptimo círculo del embudo que va hacia el centro de la tierra.
La entrada está custodiada por el Minotauro y allí los reciben otros criminales como ellos, homicidas, violadores y bandidos con quienes han de bañarse eternamente en el Flegetonte, un río de sangre y fuego hirviente.
Para evitar que escapen, aguarda un pelotón de centauros -criaturas con la cabeza, los brazos y el torso de un humano y el cuerpo y las patas de un caballo- que van tras ellos como ellos solían hacerlo en el mundo de los vivos cuando penetraban en las casas de los disidentes o aprisionaban a los soñadores con un mundo de utopía o masacraban aldeas inocentes o cuando se entretenían destrozando mujeres preñadas y vendiendo a sus bebés o torturando a los presos hasta la muerte o arrojándolos desde un avión desde las alturas.
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ARGENTINA 1985, el film, muestra que nada de esto es fantasía. Es una recreación del juicio que se siguió a las juntas militares y a comandantes generales tan perversos como Jorge Rafael Videla y Emilio Massera, que habían gobernado ese país.
El fiscal, un civil sin armas y con una mujer y dos hijos amenazados, demostrará que la grandeza moral nos hace indestructibles, aunque enfrente de nosotros se erijan patanes sin alma.
Julio César Sttrassera (Ricardo Darín) destruye la excusa cobarde de imputar los crímenes a los subordinados cuando demuestra que en todo el país se habían instalado ilegales centros de detención, tortura y ejecuciones sobre los cuales tenían pleno conocimiento y comando los generales de la Casa Rosada.
Después, hace ver que esas atrocidades han sido condenadas en todo tiempo y lugar por la humanidad civilizada... y muy especialmente por los centauros que resguardan el infierno de Dante.
“El sadismo no es una ideología política, ni una estrategia bélica, sino una perversión moral” - señala y convierte en internacional el Núremberg argentino en el que los terroristas de Estado persiguen, acusan y ejecutan como terroristas (sin prueba judicial alguna ni juicio ni Constitución que los autorice) a todos los que están frente a ellos.
Ocurrió en Argentina y ocurre hoy en otros países donde la memoria está proscrita y no hay valientes como el presidente Raúl Alfonsín que ordenó el juicio ni conciencias que superen el miedo y proclamen como el fiscal valiente: “Señores jueces...Nunca Más”.
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