OPINIÓN | Eduardo González Viaña: Camilo, Jesucristo y el rock
El amor de mi vida sigues siendo tú...”. - Les he preguntado a varios amigos qué canción de CAMILO SESTO recuerdan, y la mayoría menciona 'El amor de mi vida'. En realidad, lo confiesa.
Por mi parte, de Camilo, recuerdo más una revolución en la música y en la escena llamada 'Jesucristo Superstar', que se estrenó en Madrid en 1975.
¿Cómo era el Cristo que se veneraba en España antes de esa fecha? Viví allí entonces, y tan solo lo vi en dos lugares:
El primero eran las iglesias viejas, olorosas de beaterío y sahumerios, donde se encerraba bajo candado al Salvador del Mundo, y se pretendía que su devoción tan solo alcanzara a los que allí se golpeaban el pecho.
El otro lado estaba constituido por unos jóvenes llamados los 'Guerrilleros de Cristo Rey', que se dedicaban a incendiar librerías y bibliotecas, porque, según ellos y debe ser cierto, la cultura genera conciencia social.
En el centro de Madrid, los “cristianos” guerrilleros entraron en un estudio jurídico y ametrallaron a los abogados por el hecho de defender a los sindicatos.
Por su parte, el representante de lo que debiera ser un cristiano era Francisco Franco, quien aparecía en los periódicos comulgando. Sin embargo, el añejo y casi momificado dictador, poco antes de su muerte, ordenó con placer las ejecuciones de varios enemigos del régimen a pesar de que ya habían pasado treinta años de su victoria y de la instauración del régimen nacional socialista que lideraba.
¿Cómo se iba a pensar en un Jesucristo colmado de felicidad, en un ambiente como ese?... En 1970, los norteamericanos Andrew Lloyd Weber y Tim Rice habían mezclado el catolicismo con la música y creado una ópera rock de la historia evangélica, 'Jesus Chris Superstar'.
Camilo Sesto la produjo en castellano y en España con artistas como la maravillosa Ángela Carrasco en el papel de María Magdalena.
La reacción fue esperable. Los críticos de derechas dijeron que los comunistas se estaban apoderando de Jesucristo y que el Mesías de futuro sería un malvado socialista. Además, les pareció inmoral que bailara rock. En el año 2000, el Vaticano aceptó este nuevo Cristo.
En la ópera española, Camilo cantaba: “No pretenderás al pueblo callar. Nadie podrá nunca detenerlo”. Y este es el Jesucristo que desde hace medio siglo recorre el mundo. En Él creemos y con Él gustamos de la música rock.