OPINIÓN | Edhín Campos Barranzuela: ola delincuencial en el Perú
Mucha alarma viene causando en la sociedad civil la publicación en los medios de comunicación, sobre las recientes cifras que dan cuenta que diariamente se cometen 1,172 delitos en el Perú.
Para nadie es ya una novedad, que uno de los principales problemas que tenemos es la inseguridad ciudadana, pues la delincuencia ha llegado a tocar fondo y al mes ocurren un promedio de 36,000 delitos y de acuerdo a la Dirección de Tecnología de la Información y Comunicación de la Policía Nacional, cerca de 50 personas son víctimas de la comisión de un delito cada hora.
Eso significa que cada minuto se estaría produciendo un hecho punible en el país, lo cual es altamente tóxico.
Arrebatos y raqueteos al paso, robo de celulares, carteristas, robo de autopartes, asaltos en las viviendas y centros comerciales y atracos, en suma, delitos contra el patrimonio en sus diversas modalidades que se cometen a vista y paciencia de nuestras autoridades.
Amén de ello hay que agregarle los delitos de corrupción de funcionarios, violación sexual, extorsión, sicariato, usurpación de tierras, tráfico ilícito de drogas, lavado de activos, homicidios, lesiones graves, minería ilegal, tala ilegal de árboles, omisión a la asistencia familiar, entre otros diarios delitos.
Según se reporta la delincuencia crece de manera alarmante y nada parece detenerla y pese al esfuerzo que hacen algunas autoridades, el problema se incrementa, pues solo el año pasado se reportaron en todo el territorio patrio un total de 422,010 denuncias en las comisarías por la comisión de diversos delitos.
Y aunque parezca paradójico, los principales candidatos a la Presidencia de la República, a los Gobiernos Regional y Locales, su principal tema de campaña no fue el incremento del empleo o la productividad, o el reordenamiento del tránsito vehicular o la solución al tema ambulatorio, el principal problema de campaña, fue precisamente la inseguridad ciudadana.
Sin embargo, al cabo de algún tiempo de gobierno poco o nada se ha hecho, toda vez, que la lucha contra la delincuencia, aún no encuentra la fórmula para disminuirla, controlarla, investigarla, acusarla y sancionarla ejemplarmente y sobre todo no existe un trabajo articulado en todas las esfera del Estado.
Falta liderazgo para emprender la lucha contra la delincuencia en todas sus modalidades, no solamente el trabajo debe ser la lucha contra la corrupción, que ciertamente es un mal endémico y que hay que combatir, también se le debe dar la misma prioridad y firmeza para poder prevenir, investigar y sancionar a la delincuencia.
Para poder combatir este flagelo, tenemos que emplear la tecnología de punta y una de esas alternativas sería poner en funcionamiento a nivel nacional el Botón de Pánico, instalado por el Poder Judicial en el distrito de Ventanilla, que permite que con un solo clip en el celular de la víctima que se encuentra en circunstancias de peligro, a causa de la comisión de cualquier delito, pueda ser inmediatamente auxiliada, por el serenazgo y la Policía Nacional del sector.
En tal sentido, urge replantear políticas de Estado de igualdades sociales, oportunidad de empleo y de una eficaz política cultural, educativa y deportiva para nuestros jóvenes, como la reserva laboral, a fin de constituir una sociedad con menor índice de delincuencia, con mayor producto bruto interno y con instituciones cada vez más sólidas y que permanentemente coordinen su labor contra la inseguridad ciudadana.
Mira también: OPINIÓN | Edhín Campos Barranzuela: Botón de Pánico en el Perú