OPINIÓN | Dennis Falvy: ¡Una bomba de tiempo en Chile!
Las AFP en Perú siguen distrayendo al público con su letanía que miles de empresas deben sus aportes o que casi 100 mil de los que retiraron su dinero se lo gastaron todo. De yapa, sugieren ampliar la edad jubilatoria “compulsivamente”. O elevar el aporte del 10%, pero no dicen a cargo de quién. La verdad son terribles.
La edición impresa de Las Américas advierte que hay una bomba de tiempo; una “Ticking Bomb," para las AFP en Chile.
Su promotor, José Piñera, dijo recientemente que el sistema de pensiones de Chile es un sistema de "Mercedes-Benz". Introducido en 1981 con Augusto Pinochet, reemplazó al sistema de reparto. En este se requieren personas para ahorrar una porción de sus salarios para sus pensiones y sus aportaciones se invierten en fondos privados. Hoy su futuro es de incertidumbre.
Piñera persuadió a su hermano, Sebastián, presidente de Chile, que promueva que el Congreso discuta las reformas al sistema, que algunos congresistas quieren nuevamente un sistema de reparto redistributivo.
El sistema impuesto en los 80 muestra un fondo de USD 212,000 millones que equivale al 75 % de su PBI, mientras que el peruano mantiene como fondo USD 50,000 millones, solo un 22% del PBI en solo 12 años de diferencia de su vigencia. Chile reclama 8% anual de rentabilidad promedio en el periodo y en Perú extrañamente 12%.
El capital proveniente del Fondo del sistema ha contribuido al auge económico de Chile. El problema es que las pensiones son exiguas, habiendo prometido al menos un 70% de su salario final si se aportaba al menos 37 años.
La realidad es que los trabajadores chilenos contribuyen con menos de la mitad de su vida laboral. Un 30% son informales.
Proyecciones de la OCDE sugieren que la familia chilena promedio tendrá menos del 40% de su salario final en la vejez.
En el 2008, el gobierno otorgó una pensión básica financiada por impuestos, que ahora es de USD154 al mes para 600 mil personas. Se planea un subsidio adicional para 900 mil.
Las protestas masivas se registran desde el 2016 por las exiguas pensiones y los altos beneficios para las administradoras que ha significado el sistema.
Se pretende que los empleadores contribuyan con un 40% adicional, es decir, pasar del actual 10% al 14% por mes; más incentivos para retrasar la jubilación.
La mitad de los chilenos gana menos de USD 550 al mes. El problema es una bomba de tiempo a estallar.