01/09/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Michael R. Strain, con datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, señala que 7.3 millones de personas dicen que no están trabajando porque están cuidando a alguien con síntomas y problemas que se relacionan con Covid-19.
También suma a ello los estímulos dados por la pandemia, que se señala son de más de U$ 2 billones en ahorros en exceso en sus balances. Y hay padres que están cuidando a sus hijos porque los colegios son muy rígidos con lo de la pandemia. Pero con el paso del tiempo estas explicaciones van dejándose de lado.
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En los últimos seis meses, la economía sumó un promedio de 465,000 empleos netos al mes, recuperando todos los empleos perdidos durante la pandemia, a julio, y la tasa de desempleo cayó en tres décimas de punto porcentual. Con un 62,1%, está 1,3 puntos porcentuales por debajo de su nivel de febrero del 2020.
Aunque la tasa de participación en la fuerza laboral se ha recuperado casi dos puntos, desde su mínimo en abril del 2020, se ha estancado en el transcurso de este año. Las jubilaciones anticipadas y el envejecimiento de la población han reducido la tasa de participación laboral de las personas mayores de 55 años hasta el 38,7%; 1,6 puntos menos que su nivel de febrero del 2020. Pero la demografía desfavorable no explica toda la caída.
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En servicios, la tasa subyacente de crecimiento salarial se ha triplicado. Los salarios más altos y de crecimiento más rápido deberían hacer al empleo más atractivo, y esperar que las tasas de participación en la fuerza laboral, sean más altas. En julio de 1952, alrededor del 97% de los hombres entre 25 y 54 años participaban en la fuerza laboral. Esa proporción ha caído al 88%.
Esto puede indicar que la constelación de fuerzas que la ha estado empujando hacia abajo en las últimas décadas, es aún más poderosa. Las tasas más bajas son una catástrofe de combustión lenta, afirma el autor de la nota.
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