OPINIÓN | Dennis Falvy: El porcentaje: ¡hay que usarlo bien!
Una cantidad presentada como una fracción en 100 partes iguales se conoce como porcentaje o tanto por ciento. Su uso es común en diversas áreas y muchas veces muy útil para comparar.
Es de gran ayuda conocer que una bebida alcohólica tiene por ejemplo un poco menos del 1% de alcohol y otra 20% por cada litro, si vas a manejar tu auto y te puede pescar un policía o tener un choque con el mismo.
La forma de escribir el porcentaje es 0.01. Que no es otra cosa que la unidad dividida entre 100.
Treinta por ciento se representa mediante 30% y significa treinta partes de cada cien. Se puede presentar como: 30%= 0.30.
Si quieres saber cuántos gramos de azúcar tiene un pastel de un kilo y nos señalan que es del 30%. Multiplicamos ese 30% por 1,000 gramos y entonces resulta que se tiene de azúcar 300 gramos por kilo. Esto te sirve para comparar con otros dulces.
Redundando en el tema. Al usar 100 como denominador común, ello es OK para hacer comparaciones fáciles de entender. Así, por ejemplo, si hay 40% de pobres en un país y en otro 10%, es obvio que uno puede decir que la diferencia de pobres entre uno y otro es del 30%.
El problema es cuando el tamaño difiere sustancialmente. Si el país con 40% de pobres tiene apenas 10 millones de habitantes, es decir 4 millones son pobres y el otro país tiene 1,000 millones y entonces allí son 100 millones de habitantes en pobreza, ya la cosa cambia pues el país de gran tamaño tiene 96 millones de pobres más.
Cuando se usa y abusa del PBI y se señala, por ejemplo, que Perú crece al 4% anual y los EE.UU. al 2% y por ende estamos creciendo 100% más que los norteamericanos, eso suena a chiste. Pues el PBI peruano es de apenas USD 220,000 millones y el de los EE.UU nada menos que USD 19,390 billones; es decir 70 veces más grande que el nuestro.
Asimismo, si tenemos S/ 1,700 millones asignados para consultorías este año y el primer ministro señala que ello es apenas un uno por ciento del presupuesto, que es de S/ 168,000 millones, eso es cierto, Pero esos 1,700 millones superan en demasía lo que pagan en impuestos los casinos y tragamonedas y lo que insume el Congreso que no llega ni a 500 millones de soles, ambos, este año.
Por ello el cobro del esposo de la ministra de Educación, quien manejó el proyecto “Fortalecimiento para el desarrollo de los gobiernos regionales del norte del Perú entre los años 2012 al 2018, por USD 6.4 millones financiado por Global Affairs Canadá”, nos debe decir la ministra con qué porcentaje de esos millones de dólares se quedaron para sus bolsillos.