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OPINIÓN | Dennis Falvy: EL PBI: ¡NOS HA VILMENTE ENGAÑADO!

Jeffrey_Sachs
02-11-2019

No solo en Santiago, sino en Hong Kong y París, quienes por algo supuestamente trivial de subir el pasaje de su metro, impuesto a combustibles y una ley de extradición, la punta del iceberg señaló que ese inmenso hielo bajo el agua erupcionó.

El célebre economista Jeffrey Sachs da una explicación razonable.

París en noviembre de 2018; Hong Kong desde marzo, por una ley para permitir la extradición al continente chino. Y Santiago por los precios del metro.

Según la macroeconomía del FMI estas tres ciudades son OK en su PBI. Son exitosas. Su ingreso económico per cápita es OK. USD 40,000 en Hong Kong, más de USD 60,000 en París, y alrededor de USD 18,000 en Santiago. En el Informe de Competitividad Global 2019 publicado por el Foro Económico Mundial, Hong Kong ocupa el tercer lugar, Francia el 15 y Chile el 33; el mejor de América Latina.

Sin embargo, hay enorme insatisfacción, alude Sachs. En el Informe de la Felicidad 2019, los ciudadanos de estos países sienten que sus vidas están atascadas.

Hasta la Heritage Foundation, como la Universidad Simon Fraser clasifican a Hong Kong como la más libre económica del mundo, sin embargo, sus residentes se desesperan por su libertad para elegir qué hacer con sus vidas.

Pero además Sachs advierte que Estados Unidos está experimentando tasas de suicidio al alza y otros signos de angustia social, como tiroteos masivos, en un momento de desigualdad sin precedentes y un colapso de la confianza en el gobierno. Estados Unidos verá más explosiones sociales por delante si continúa con la política y la economía de costumbre.

Y lo que me parece OK es que el economista ya nos advierte que los indicadores macro como el PBI no dice nada sobre su distribución y menos mide las percepciones de equidad o injusticia de la gente, la sensación pública de vulnerabilidad financiera y la confianza en el gobierno.

El enfoque adoptado por las encuestas anuales de Gallup, está tratando de adoptar esto a fin de ir más allá de indicadores tradicionales como el crecimiento del PBI y el ingreso per cápita, a un conjunto de objetivos mucho más rico, equidad social, confianza y sostenibilidad ambiental.

Toda sociedad debe tomar el pulso de su población y atenerse bien a las fuentes de infelicidad y desconfianza. El crecimiento económico sin equidad y sostenibilidad ambiental es una receta para el desorden, no para el bienestar.