13/07/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
“No es que estemos locos, la realidad de uno es simplemente diferente a la de otro”, es una de las frases famosas del británico Charles Lutwidge, bajo el seudónimo de Lewis Caroll, de su cuento de Alicia en el país de las maravillas. La frase rescata que en Alemania el rendimiento de los bonos a 5 años emitidos por bancos hipotecarios está a un negativo de 0.2% cuando hace una década era del 5% positivo.
En Dinamarca algunas instituciones financieras ofrecen a los prestatarios, hipotecas negativas. En Francia y Suecia el retorno de los bonos soberanos a 10 años han ido a terreno negativo como sucede en la misma Alemania y el Japón.
¿Es un nuevo cuento emulando al de Caroll que data de 1865?
El monto global de deuda ha ido a USD 13.5 trillones, lo que es 60% más alto que la del año 2008. Esto pone los nervios de punta a Christine Lagarde del FMI, quien ha pedido licencia porque va a la presidencia del BCE.
En general, se ha engrosado la deuda por rendimiento negativo. Incluso en Estados Unidos, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó por debajo del 2%; pero se torna negativo si se le aplica la inflación.
Esto sucedió hace 20 años en Japón y parece mentira que los inversores sigan a lo surreal y ello no levante polvareda, a pesar que la Curva Yield anda invertida; es decir los rendimientos de bonos a corto plazo son más que los de largo plazo. Y eso no es un cuento. Es algo que puede hacer historia nuevamente, pues en el pasado ello llamaba a una ominosa recesión.
Hay explicaciones de lo más complicadas para este suceso, algunas incluso la centran en lo que hace Trump con su guerra comercial y la intención de ser reelegido, pues ya llega al 47% de las preferencias, lo que hace que el Dow&Jones siga in crescendo.
Tal vez lo más plausible es que ya hay una ausencia notable de activos seguros, pues con la flexibilización monetaria (Qe) de la Fed, el Banco Central Japonés y el BCE los han secado.
El hecho de que Warren Buffett invierta en dos Fintech, con cierto riesgo emergente que va contra sus propios evangelios, denota que no sabe qué hacer con tanto cash que mantiene.
En estos países de maravilla, este cuento parece que aún no ha acabado. No tiene aún su colorín colorado.