02/01/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El prestigio que tuvo el banco central alemán, el Bundesbank, con su total autonomía es incuestionable.
Lo mismo el Internal Revenue Service (IRS) norteamericano.
El problema nuestro, es que la política tributaria está en manos de gente politizada inexperta, que se asesoran con profesionales muchas veces comprometidos con aquellos que les encanta exonerarse de impuestos. Una autoridad autónoma en tributos me parece absolutamente indispensable.
En rigor pocos quieren pagar impuestos, eso es un hecho. La mayoría de municipios sufren de ello. El Congreso Nacional, vilipendiado por la población, acaba de exonerar a iglesias evangélicas del impuesto a la renta, tal vez por la existencia del Concordato de la Iglesia Católica desde la época de Morales Bermúdez. No tiene sentido exonerar al clero hasta de los tributos a los pasajes aéreos. Pero ellos se resisten con absurdas respuestas de supuestas deudas arcaicas.
Esa ley beneficiaría a Agua Viva, seriamente cuestionada por lavado de activos. Y se aprobó en mayoría hasta el año 2020.
Pero no sólo estas iglesias se benefician de este esperpento tributario.También las asociaciones sin fines de lucro cuyo objetivo sea de beneficencia, asistencia social, educación, cultura, ciencias, artística, literaria, deportiva, política, gremiales, y e vivienda.
Este irresponsable Congreso además , aprobó la Ley que prorroga la vigencia de beneficios y exoneraciones tributarias hasta el 31 de diciembre del 2019, que incluye la devolución del IGV a la exploración minera y de hidrocarburos. Y amplió la vigencia de la Ley N° 27623, que dispone la devolución del IGV a los titulares de la actividad minera en exploración.
También extiendió el Decreto Legislativo 783, que aprueba la norma sobre devolución de impuestos que gravan las adquisiciones con donaciones del exterior e importaciones de misiones diplomáticas y otros, así como la exoneración del IGV por la emisión de dinero electrónico y a productos primarios destinados al consumo doméstico directo e insumos para el agro.
Y en fin otras exoneraciones mas para actividades de carácter cultural social, de universidades públicas, fomento de la construcción y vivienda, ahorro e inversión y facilitación del comercio exterior.
Todo un quilombo tributario para un país que a duras penas recauda S/ 100,000 millones anuales para el gobierno central, con lo cual sólo cubre sus ominosos gastos corrientes y cuyo presupuesto requiere cada vez más financiamiento público contra generaciones futuras .
En vano se hizo en el año 2,003 un copioso estudio de exoneraciones de parte de la firma Apoyo, el que ya está apolillado en alguna gaveta de madera del MEF por obra de Kuczynski; quien en aquella época era ministro de economía. Aquel que como candidato a presidente pontificaba que bajando el IGV se formalizaba a los trabajadores, cosa por demás absurda y ridícula como se comprobó en su presidencia efímera.
Necesitamos reordenar el tema tributario con una autonomía como la del Bundesbank alemán de las post guerra. No podemos estar en manos de lobbies e ignorantes o dependiendo de políticos que no tienen concepción alguna de lo que representa una Política Tributaria. El Perú necesita recaudar impuestos para suplir necesidades inmensas de inversión en infraestructura, salud y educación. Basta ya de susidios ciegos, hasta para las AFP´s y para negocios de exportación, entre otros, que hacen su respectiva cola .