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OPINIÓN | Dennis Falvy: “Las encuestas que se realizan parecen artículos de propaganda y no un sondeo”

El tipo de preguntas de los sondeos son muchas veces sesgadas y dado el contexto.
encuesta
16-06-2019

En política, aquellos que creen que usando el sentido común y la lógica va a irles OK, obteniendo simpatías y votos, vaya que van por el camino equivocado. Más aun cuando los especialistas en manejos de crisis, de percepciones populares, son dueños de encuestas que ignoran los errores no cuantificables y desparraman sus muestras sin control, poniéndolas al alcance de los electores casi sin filtro alguno.

Eso ya no parece ser un sondeo, sino artículos de propaganda por las circunstancias en las que están hechas, leídas e interpretadas por periodistas sin especialidad alguna; así, como por el tipo de preguntas de los sondeos mismos, muchas veces sesgadas, y, dado el contexto, no apropiadas y sustentadas con la manida frase de que en la muestra de la población en estudio deben todos tener la misma probabilidad de ser auscultados.

La fotito del momento

Esa barbaridad de que la encuesta es “la foto del momento”, repetida hasta el cansancio, no resiste análisis en la metodología estadística que apoya de manera rigurosa y científica a las encuestas en general.

Hay por ello muchos que aún creen que las reformas puestas por el Ejecutivo podrían mejorar a la política en el país. Se ha llegado a decir por el Primer Ministro que, si ellas no se acometen, el PBI no crece, lo que es un insulto a las múltiples variables que los especialistas en econometría saben que, por ser algunas no cuantificables, no pueden introducirse en sus modelos y, por ende, en los sistemas de cómputo, pues garbage in garbage out (si entra basura pues sale basura).

Ya Winston Churchill señalaba que un político que triunfa debe tener mucho cuidado en no morderse la lengua, pues el veneno que ella contiene con los años de estar en política vaya que es más potente que el arsénico.

El fifty fifty (50%/50%)

En este contexto, he escogido el Método de Montecarlo como un claro ejemplo de que no siempre el más común de los sentidos puede resolver un problema que tiene rigurosidad científica y, en este caso, la estadística de las probabilidades.

Existe la falsa creencia de que, si algo sucede de una manera más frecuente de lo normal durante un periodo de tiempo, entonces sucederá con menor frecuencia en el futuro. El lanzamiento de una moneda no afectará al siguiente lanzamiento de la misma. Así que, cada vez que se lance habrá un 50% de posibilidades que salga cara y un 50% cruz.

Si se lanza una moneda 6 veces y sale cara cada una de las veces, no creas que la próxima vez saldrá cruz. Los resultados de los lanzamientos anteriores no tienen efecto sobre el resultado del 7º lanzamiento. Hay 50% de posibilidades para ambos en la 7ma vez que tiren la moneda, ya que esta no tiene memoria.

La falacia de Montecarlo

Esta falacia se originó en la ruleta del casino de Monte Carlo el 18 de agosto de 1913, cuando la bola cayó en negro 26 veces seguidas, pese a que muchos esperaban que cayera en el rojo. Por ello, el creer que, porque una moneda haya caído 10 veces en cara a la siguiente ocasión lo hará en cruz, no es cierto.

En la ruleta, la probabilidad de que salga rojo después de que haya salido rojo varias veces, es la misma que de que salga negro. Es decir, las probabilidades no se irán sumando. Serán siempre 50%.

La ruleta no tiene memoria. Es decir, porque haya salido anteriormente negro no quiere decir que la próxima vez tenga más posibilidades de salir rojo. Cada evento es separado. Claro que parece insólito que una bolita haya caído por 26 veces seguidas ese agosto del 1913, en pleno desarrollo de la Primera Gran Guerra.

Debe quedar claro

Que las probabilidades de que algo suceda la próxima vez, no están necesariamente relacionadas con lo que ya sucedió. El sentido común no es suficiente. Al contrario.

Un chiste de matemáticos señala que si vuelas en un avión, donde un hombre decide llevar siempre una bomba consigo, se puede creer que «Las probabilidades de que en un avión haya una bomba son muy pequeñas; ¡así que las probabilidades de que haya dos son casi nulas!»

Por eso hay otras falacias

Se machaca recurrentemente que el PBI in crescendo nos saca de perdedores y reduce el problema de los pobres, lo que parece inobjetable. Pero ello, por supuesto, depende de quién se lleva el mayor pedazo de ese PBI, de esa torta. A veces, la mayoría de los que se supone son los comensales en gran número, sólo se llevan las migajas. A veces, casi nada.

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