OPINIÓN | Dennis Falvy: John Maynard: ¡un verdadero genio!

En la Gran Depresión de los 30, con harto desempleo y con esa absurda política de “Beggar thy my neighbor”, donde cada país se defendía como si fuera posible la autarquía; Keynes señalaba nuevas fórmulas que exigían la aplicación inmediata de parte del gobierno.

Proponía reactivar la economía, donde el Estado era el actor importante creando demanda y empleo. Se debía contratar desempleados para cavar un pozo y para que lo cierren luego y lo volvieran hacer por semanas y meses y así sucesivamente, en lo que obviamente era una alegoría.

Esta política era contraria a la del equilibrio económico imperante de los economistas clásicos de aquel entonces.

Creador del texto “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, con explicaciones de la eficiencia marginal del capital, el mercado de bonos y la trampa de la liquidez, entre otros, y con seguidores de su escuela en nuestros días, el neokeynesianismo se enfrenta a la escuela monetarista liderada por el nobel Milton Friedman, aquel del helicóptero money y “no hay nunca un almuerzo gratis”, así como otras singulares alegorías.

Cuando este brillante economista inglés se enfrentó a Harry Dexter White en el año 1944 en Bretton Woods, quien venía con el encargo de fijar la supremacía del dólar y la creación del FMI y Banco Mundial, además de la desaparición por orden de Roosevelt del BIS por ser financiador de los nazis, el Bank Of International Settlements; Keynes, sabiendo que tenía todo perdido ante White en la Conferencia con sede en New Hampshire, logró diferir la desaparición del BIS, lo que luego el presidente Truman lo dejaría seguir en sus funciones que obviamente cambiaron, y hoy en día el BIS resultó ser tan importante.

Y es que el Banco de Pagos Internacionales es hoy propiedad de numerosos bancos centrales con sede en Basilea (Suiza). El BIS fomenta la cooperación financiera y monetaria internacional, y sirve de banco para los bancos centrales y no rinde cuentas ante ningún gobierno. Fue fundado por los Acuerdos de La Haya de 1930.

Keynes propuso, en lugar del dólar, su bancor; que era una canasta de divisas de los países aliados y perdió. El dólar fijó una paridad al oro de USD 35 la onza troy, hasta los 70 en que, debido a una serie de motivos, levantaron el acuerdo y ello dio lugar a las monedas fiduciarias, que hoy parece que enfrentarán a la criptomoneda Libra, de Facebook, que asusta a tirios y troyanos.