06/08/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Si las temperaturas suben 3 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales en las próximas décadas, grandes partes de los trópicos corren el riesgo de volverse demasiado calientes para el trabajo al aire libre, advierte The Economist.
Esa advertencia a los huaycos que no existen sino “estacionalmente” para los medios de prensa peruanos y el peligro de la rotura de un silencio sísmico desde el año 1746, para un horrible terremoto y tsunami en Lima Callao, además el acaecido en Lisboa en 1755, es como el relajo del coronavirus en algunos lugares del mundo o que el saliente ministro de salud de Sagasti, señalara que deja todo OK con millones de vacunados, aunque seamos los últimos en Latinoamérica.
John Kerry, reputado político demócrata y encargado del tema del cambio climático, reiteró el compromiso de Estados Unidos de triplicar su apoyo a USD 1.5 mil millones. Fue célebre en una alocución al recordar que los EE.UU. en guerra con Japón, cada hora la Ford Motor Company tenía listo un bombardero.
Y es que el desastre del clima será horroroso. Los arrecifes de coral, la selva amazónica, las capas de hielo en la Antártida y Groenlandia, prometen aumentos del mar medidos en metros.
Hace seis años en París, el compromiso para el efecto invernadero a 2 grados Celsius no ha sido cumplido. Pero aún se cumpla, el peligro sigue latente para bosques, ríos y glaciares. Reducir las emisiones no es suficiente, se necesita invertir para adaptarse al clima cambiante.
Y el financiamiento y objetivos no solo puede ser público, necesita del sector privado. Se está haciendo en Países Bajos, por ejemplo, pero hay ausencia en los pobres que hoy en día sufren encima los estragos del Covid-19.
El acuerdo climático de París exigió transferencias anuales de USD 100 mil millones de ricos a pobres. Y el G-7 ni siquiera ha dado el VB a los USD 16,000 millones para el efecto rebaño global.
¿Desidia o hay algo más?
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