Opinión | Dennis Falvy: Cuando a veces los números confunden
Es absurdo comparar el PBI peruano con aquellos de USA o China, pues el tamaño de la economía juega un rol primordial, así como la inflación, que rebaja el PBI nominal. Asimismo, comparar al presidente del país con el Congreso también es absurdo, pues juzgar a una sola persona, que además tiene en sus manos el gasto público, contra 130 que están impedidos de gastar por ley tiene sesgo.
Hace muy poco vi en la TV a un analista de nivel señalando que como tenemos como US$74,000 millones de RINs y Chile apenas unos US$30,000 millones, estamos mucho mejor que ese país.
Las RINs no son para gastos del gobierno y además contienen obligaciones de corto plazo con residentes y en nuestro caso, ello es de US$22,130 millones, por lo que la “Posición de Cambio” es mejor medida para el manejo del Central y ella es de US$51,819 millones.
HAY OTROS FONDOS
En lo que respecta a otros fondos, hay el de las AFP diezmados por la pandemia y el FEF que apenas tiene unos US$1,500 millones, porque se gastó parte en gobiernos anteriores para paliar déficit presupuestal.
Luego, todo el saldo que erade US$5,742 millones, se gastó por la pandemia en el año 2019. Chile tiene su homologo al FEF peruano, el FEES; Fondo de Estabilización Económico y Social, y a la fecha dispone de US$7,177 millones, luego de haber tenido US$13,772 millones en el año 2016. El FEF llegó a tener más de US$9,100 millones. A inicios del año, el MEF señaló que rescataría al FEF con S/18,000 millones. Pero sólo depositó unos US$1,500 millones. El gráfico que adjuntamos es sin duda falso.
Esa operación no se hizo. El saldo lo utilizó para la Reserva Secundaria de Liquidez (RSL), instrumento financiero creado por el MEF en el 2012 y reglamentado en el 2015 para utilizar los recursos de libre disponibilidad obtenidos al final de cada año fiscal y limitada al 1.5% del PBI.
RSL y FEF
La diferencia del RSL con el FEF, es que el primero es un instrumento de política fiscal contra cíclica, ya que acumula recursos financieros en los buenos tiempos; cuando los ingresos fiscales asociados se elevan por encima de los gastos presupuestados, debido a altos niveles de crecimiento o favorables precios de 'commodities', para que luego puedan ser utilizados frente a choques negativos, como crisis económicas internacionales o desastres naturales y con ello reducir la necesidad del Estado de recurrir a endeudamiento adicional para financiar el presupuesto del año en curso.
La deuda pública actual es de 37% del PBI (US$225,000 millones) y subió como 10 puntos, en lo que estuvo en el 2019. No es chica como se aduce, pues el pago de intereses es enorme en el presupuesto nacional.
Finalmente, hemos tomado nota que a septiembre de 2022, la tenencia de bonos soberanos en soles emitidos por el Gobierno se redujo a 43.5% del total en circulación cuando en el 2021 era de 49.41%. A la fecha los bancos tienen 31.6% y las AFPs 11.7%.
Por salida de capitales y otros menesteres, el BCR anunció que entre este mes y diciembre realizará subastas para adquirir bonos soberanos hasta S/4,900 millones en el mercado secundario.
Esta medida busca darle un poco más de liquidez a los bancos para cuando los offshore salgan a vender. Lo que quiere el BCR es que el mercado tenga menos volatilidad en sus tasas de interés.
Y es que, dada la menor demanda de bonos, por parte de extranjeros y AFP, afectadas por retiros de fondos, la compra de estos papeles gubernamentales por parte del BCR, puede moderar en el corto plazo el aumento de los tasas de interés.